La Contador Público y Auditor de la USACH y socia de KPMG, egresó de la carrera en el año 1996. Su primer trabajo a tiempo completo fue en esta firma, un año antes de egresar, donde comenzó como asistente de auditoría y terminó siendo aceptada en la sociedad, doce años más tarde.

news_160_01A sus 44 años, Teresa de Jesús Oliva Santibáñez recuerda su época universitaria como una de las más importantes de su vida. Se emociona al evocar aquellos años, en los que la única obligación que tenía era estudiar para ser un aporte en el futuro y hacerlo con la ilusión e inocencia de creer que el mundo estaba a sus pies.

"Mis principales recuerdos están relacionados con la amistad, el compañerismo y el amor. Durante los años de carrera siempre compartí con los mismos amigos. Empezamos y terminamos juntos, y cada vez que podemos, aunque sea muy de vez en cuando, nos reunimos y vienen a nuestra memoria los excelentes tiempos de juventud universitaria", cuenta Teresa Oliva, agregando que "algunos de ellos ya partieron, pero

su recuerdo me acompañará siempre, al igual que lo ha hecho por más de veinte años José Luis con quien estoy casada y a quien conocí en la FAE", señala emocionada.

Uno de los momentos que Teresa recuerda, es cuando se realizó-en uno de los últimos ramos- una actividad donde tuvieron que hacer un juego de roles, y vestirse de ejecutivos de empresa. "Eso significó dejar el jeans y ponerme tacos. Además de simular estar en una entrevista de trabajo y hacer una presentación corta frente a mi curso, me marcó esa experiencia debido a que es muy importante en un ambiente de negocios, la imagen y primera impresión que damos frente a nuestro interlocutor. Por muy confiada que me sienta frente a una reunión, el cuidado de imagen es algo que siempre tengo presente", puntualiza la socia de KPMG.

Pero lo que sin duda no olvidará nunca Teresa, fue el consejo del profesor Varas, quién siempre la instó a ser capaz de alzar la voz para requerir lo que es justo. Esto debido a que le dio el consejo de revisar la evaluación de una prueba, lo que le permitió detectar un error en la corrección, lo que significaba que podría aprobar el ramo de costos que peligraba de repetirlo. "Con esto aprendí a luchar por lo que yo creía era correcto y eso significó luchar por los ideales, lo que se relaciona mucho con el emprendimiento.

Mientras Teresa Oliva estudiaba, trabajó muchas veces durante los veranos. Pero su primer trabajo a tiempo completo fue en KPMG. "Ingresé a la firma con el cargo de asistente de auditoría en 1995 y fui aceptada en la sociedad doce años más tarde, lugar donde ya llevo once años como socia", explica.

El gran consejo que puedo dejar a las futuras generaciones de contadores públicos y auditores es que no estudien por estudiar. "Estudien una carrera porque les gusta el trabajo que tendrán que realizar a futuro. Una vez que inicien su vida laboral, valoren lo que saben y sean los mejores profesionales. Aspiren a contribuir en su lugar de trabajo. La sabia joven, es siempre necesaria, sin ella la empresa está condenada a morir. Lamentablemente me toca ver cada día que pocos jóvenes quieren y están dispuestos a aportar. Excepto casos, todos trabajamos por dinero, pero cuando esto se convierte en la única motivación y no hay pasión en lo que se hace, la gratificación dura sólo un par de horas cada fin de mes. Cuando hay pasión, el gusto se siente todos los días", concluye la contadora pública y auditora.