El Diario Financiero publicó la columna del Dr. Rodrigo Caputo en la que aborda la importancia de la estabilidad de precios, independientemente de la orientación política de un gobierno, y cómo es fundamental que los países tengan un alto grado de autonomía monetaria.

El académico del Departamento de Economía de la Facultad de Administración y Economía de la USACH, Dr. Rodrigo Caputo, publicó en los últimos días, una columna en el Diario Financiero en la que hace referencia a la autonomía monetaria.

Bajo el título "La autonomía monetaria es central", Caputo comenzó su escrito ejemplificando con dos casos latinoamericanos, el de Bolivia, bajo el gobierno de Evo Morales y el de Brasil, con Lula.

En ellos, el Dr. en Economía por la Universidad de Cambridge explica como, por ejemplo, en el caso de Bolivia; el presidente Morales (2207) había vivido precariedad y una vida rural, por lo que había sido testigo de los devastadores efectos de la hiperinflación de mediados de los 80s y no estaba dispuesto a repetir esta experiencia.

"En 2007 Evo Morales, ante inversionistas en Nueva York, mencionó tres cosas que permiten entender las estrategias económico-sociales que implementó desde 2006 a 2019. Dijo que su padre, campesino aymara, oficiaba de improvisado dentista cuando así lo requerían las circunstancias. Contó que en su vida adulta solo vio una película en el cine (una de Pelé). Por último, dijo que tenía consciencia que: "la circulación de mucha plata generaba inflación". Para enfatizar que hablaba en serio, sacó de su bolsillo una hoja con los datos de inflación que seguramente conocía en detalle. Evo había vivido los devastadores efectos de la hiperinflación de mediados de los 80s y no estaba dispuesto a repetir esta experiencia", explica Caputo en el texto.

Morales delegó en Luis Arce, un economista con experiencia en el Banco Central de Bolivia, la conducción económica. Desde entonces Bolivia ha tenido inflaciones de un dígito con "tasas de crecimiento del producto impresionantes y reducciones de la pobreza" (FMI, 2018). La estrategia monetaria es permitir, de facto, que el Banco Central se concentre en la estabilidad de precios. El grado de autonomía aun no es amplio y el FMI ha sugerido fortalecerla. Luis Arce, que acaba de ganar las elecciones presidenciales con un amplio margen, seguramente dará pasos en esta dirección.

Lula fue elegido presidente de Brasil el 2002. El gobierno previo, liderado por Cardoso, hizo del combate a la inflación la política prioritaria del gobierno. Lula mantuvo esta prioridad en sus dos mandatos (2003- 2010). Algo análogo hizo el gobierno de continuidad de Rousseff (2011-2016).

Lula también delegó en el Banco Central el objetivo de estabilidad de precios. Durante los gobiernos del PT hubo tres presidentes del Instituto Emisor: Meirelles, Tombini y Goldfajn. Todos economistas con una visión que podría calificarse de técnica antes que política, con experiencia en el mundo financiero y sólida formación académica. Ellos actuaron con independencia del poder ejecutivo, a pesar de que la autonomía aún no era plena. Durante las elecciones del 2018, Haddad (PT) y Bolsonaro (PL), a pesar de las diferencias políticas, tenían en sus agendas un elemento en común: fortalecer la autonomía monetaria. De este modo se podría conjeturar que, de haber ganado las elecciones, el PT estaría auspiciando el proyecto de autonomía que se discute hoy en el Senado brasileño.

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