Carla Cisternas y Javiera Vásquez, egresadas de la carrera de Administración Pública, publicaron el artículo de investigación titulado "Comisiones Asesoras Presidenciales en Chile: Entre la expertise y la pluralidad de actores sociales" en la European Review of Latin American and Caribbean Studies (ERLACS).

news_379_01Dos egresadas de la carrera de Administración Pública de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile, Carla Cisternas y Javiera Vásquez, fueron las autoras del artículo de investigación denominado "Comisiones Asesoras Presidenciales en Chile: Entre la expertise y la pluralidad de actores sociales", que fue publicado por la importante revista holandesa European Review of Latin American and Caribbean Studies (ERLACS).

Carla Cisternas es asistente de investigación del proyecto FONDECYT # 1181390 con el Dr. Diego Barría como investigador responsable y becaria CONICYT de Magíster Nacional con el cual cursa el Magíster en Ciencia Política en la Universidad de Chile.

Javiera Vásquez es analista de Gestión de Personas del Consejo Nacional de Educación de Chile y entre 2013 y 2014 participó, gracias al apoyo de la Unidad de Relaciones Internacionales de la FAE, en el programa de intercambio de Wiesbaden Business School en Hochschule RheinMain en Alemania.

En el artículo de investigación las autoras abordan de manera comparada la sociología política de las Comisiones Asesoras Presidenciales (CAPs) durante el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010) y el primer gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014). Utilizando Social Network Analysis, Cisternas y Vásquez estudian los vínculos al interior de los espacios de socialización de los integrantes de las comisiones, con el objetivo de caracterizar y medir la composición social de las comisiones ad hoc.

"Estas instancias son un mecanismo de deliberación pública bastante utilizado por el Ejecutivo, sobre todo desde el retorno a la democracia. En general se caracterizan por ser espacios alternativos a la elaboración de políticas públicas, tener duración definida, ser creadas por mandato presidencial -debido a un hecho coyuntural o por estar contenidas en el programa de gobierno- y centrar su trabajo en una materia o problema específico con el objetivo de elaborar uno o más informes con una propuesta de política pública", señala Vásquez.

Como explican las autoras en su artículo, la caracterización anterior y la flexibilidad institucional de las CAPs, han generado que históricamente estas se consideren como instancias objetivas para la creación de proyectos de ley desde dos perspectivas: la expertise o la pluralidad de actores. Con base en lo anterior, Cisternas y Vásquez intentan probar qué tan objetivas son las comisiones según los actores convocados a participar, teniendo en consideración que son instancias creadas a discrecionalidad del Ejecutivo bajo un discurso de participación y discusión pluralista.

"Los resultados de esta investigación permiten describir a las CAPs como escenarios de acción de la élite intelectual por medio de la presencia de una fuerte y dominante tecnocracia. Esto confirma, por un lado, la imparcialidad y racionalidad política de las comisiones debido a la mayoritaria participación de tecnócratas pragmáticos, es decir, individuos con importantes capitales técnicos en ausencia de capitales políticos. Sin embargo, por otro lado, este hallazgo permite rechazar la idea de que las comisiones son espacios para la participación ciudadana y la democratización de actores e ideas. En consecuencia, estos espacios no cumplen con el discurso de pluralidad que señalan, a pesar de constituirse como una opción real de convocar a distintos puntos de vista ciudadanos", indica Cisternas.

Finalmente, las autoras explican que los resultados de esta investigación permiten observar la presencia de una élite distinta al interior del campo político, conformada por individuos con una especie de "carrera tecnócrata en el Estado", en efecto, intelectuales con importantes credenciales académicas que constantemente participan en comisiones, consejos o paneles técnicos de cualquier gobierno.

Por otro lado, respecto a sus espacios de socialización, se advierte que, al igual que la élite política chilena, la élite intelectual sigue una estructura social bastante endogámica, concentrándose la socialización de sus miembros en un par de universidades, postgrados y especialidades.

Sobre este hallazgo Cisternas afirma que resulta importante destacar que "si bien esta nueva élite se configura en torno a patrones de conocimiento técnico y no capitales políticos, su acceso está condicionado por una estructura socioeconómica profundamente desigual en el caso chileno, por lo que, en estricto rigor, los capitales técnicos alcanzados, en general, obedecen a capitales económicos", concluye la investigadora.