El académico del Departamento de Administración Pública de la Facultad de Administración y Economía USACH, atribuye el grueso de la corrupción actual a la clase política y a la élite, mientras que vincula esa capacidad de entregar bienestar con generaciones de funcionarios de clase media. En estos funcionarios, históricamente cuestionados por la elite como parásitos y siúticos, Barría ve una esperanza en la medida que entiendan que pueden resistirse a la corrupción. "La obsecuencia puede costarnos caro", advierte.

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