Uruguay



Abel Labraña Baeza es estudiante de Administración Pública FAE. Obtuvo la Beca AUGM, con estadía en la Universidad de la República.


Testimonio de Abel Labraña Baeza:
Su vida en Montevideo, Uruguay


    La cálida brisa del Río de la Plata trae consigo mucho más que una simple bienvenida. Más bien, envuelve una gama de acontecimientos y formas de vida que, en realidad, me han maravillado desde el primer día que llegué a este hermoso país. De Montevideo me asombra todo. La calidez de sus personas -que siempre están prontas para ayudarte o animarte cuanto te ven con un poco saudade -soledad- por lo que dejaste en Chile, y que tanto te cuesta dejar de pensar, o en tus quehaceres cotidianos.

    En la calle, te das cuenta que se comportan como una sociedad libre, con gran preocupación por el Bien Común y la propiedad pública. En pocas palabras, demuestran el cariño por lo que les es propio y por sus costumbres; y por aquello que les es común, como los espacios públicos. Todo esto evidencia que, realmente, merecen el nombre de República; así como la Universidad, que me ha acogido excelentemente -Universidad de la República-. Con cerca de 200.000 alumnos, la institución uruguaya es un ejemplo de educación pública por su inspiración laica, pluralismo, forma de gobierno -cuatriestamentalidad efectiva: académicos, funcionarios, estudiantes y egresados-, ingreso sin barreras, y además.... ¡ES GRATIS! Y, como si todo esto fuera poco, se encuentra entre las tres mejores universidades del Cono Sur.

    Respecto de mis clases en la Universidad de la República, he quedado asombrado del nivel y calidad de sus investigadores. Los académicos visitantes provienen de las mejores universidades del mundo, y la metodología de enseñanza-aprendizaje es, a mi juicio, revolucionaria en su contexto y efectiva en su contenido. Por tanto, la exigencia es predominante, en conjunto, con la responsabilidad.

    Otro ámbito a destacar es que, el programa Escala, ofrece una experiencia de vida inolvidable al compartir con jóvenes los que, al igual que uno, tienen las mismas ganas de construir una Latinoamérica unida. Cotidianamente, convivo con becados AUGM  de Argentina, Brasil, Paraguay y Colombia, estudiantes de las más diversas disciplinas y que, a pesar de nuestras distintas visiones respecto a algunos temas, hemos formado lazos muy fuertes que nos transforman casi en una familia. La experiencia de intercambio no sólo se remonta a las clases, sino que también a la esfera de la vida personal de cada uno. A parte que en el lugar donde vivimos, nos relacionamos constantemente, con personas de todo el mundo; siendo una buena experiencia en multiculturalidad y para practicar idiomas.

    Espero que, por medio de esta síntesis de experiencias que he vivido en mi intercambio académico -más bien de vida-, otros compañeros se animen a vivir esta aventura que, sin lugar a dudas, tiene un V.A.N. positivo desde todos los aspectos.