Universidad de Wiesbaden, Alemania

Andrea Hidalgo Pérez
Ingeniería Comercial en Economía

Esta ha sido, sin duda, la mejor experiencia de mi vida. Llegar a un país, totalmente diferente, donde me bajé del avión y nadie más hablaba español, fue fuerte. Pero, todo cambió cuando, al salir, me di cuenta que habían personas esperándonos (nuestros tutores), quienes se portaron increíblemente bien con nosotros. ¡Hasta practicaban su español, porque uno de ellos irá de intercambio a Chile!

Todos han sido muy amables, tanto los tutores como los demás alumnos de intercambio. Se ha generado una muy buena relación, lo que ha ayudado mucho a sobrellevar el estar lejos de casa. Nuestra situación es muy distinta a la de algunos otros extranjeros, como franceses y españoles, quienes viajan, de vez en cuando, a su país. Los demás nos quedamos recorriendo y conociendo lugares bellísimos.

Vivir aquí es una experiencia increíble. En especial, nunca había vivido sola, y esto me ha ayudado mucho a valorar lo que uno tiene en casa. La puntualidad es algo que me ha costado un poco; en general, a latinoamericanos y españoles, pero irá mejorando.

Al contrario de la mayoría de los estudiantes que viene de intercambio, nosotros no vivimos en las residenciales estudiantiles. Estamos en un departamento ubicado cerca del centro de la ciudad y cerca de la Facultad de Business, por lo que nos demoramos 10 minutos para ir a cualquier sitio.

De Wiesbaden, me encanta la tranquilidad. Salir a caminar por las calles es seguro, sin temer que pueda pasar. La confianza que hay en las personas en Alemania es impresionante, desde el uso del transporte hasta comprar en una tienda.

Las clases intensivas de alemán fueron el mejor inicio; ya que, además de aprender cosas básicas, pudimos conocer a los demás alumnos de intercambio. Ahora, las clases en inglés, en principio, han sido algo complicadas de entender; pero con el tiempo, se va haciendo más fácil. En lo personal, me ha ayudado muchísimo haber tenido que leer muchos papers en inglés en las clases de la FAE.

Quiero agradecer principalmente al profesor Jaime Campos, que fue quien me incentivó a participar en esto; a mi familia, que me ha apoyado mucho; a mis amigos, y, por supuesto, a la Unidad de Relaciones Internacionales FAE.