Gabriela Castiglioni Apablaza
Administración Pública
1° Semestre 2014
Universidad EAFIT, Colombia
Luego de la gran suerte que creo haber tenido al ganar la beca, considerando lo apresurada que fue mi postulación, comenzó una gran aventura e incertidumbre desde el momento que no sabía cuando me iba y un montón de interrogantes que no tenían respuesta. Es así como llegue a Colombia, un mundo muy distinto al que conocía, lleno de colores, y culturas, pero también, de gente con temor y acostumbrada a la violencia, quienes siempre pensaban que algo me podía suceder, y dándome todo tipo de indicaciones, con su peculiar manera de hablar y diciéndome cosas como "no des papaya".
En fin, a pesar de todos los obstáculos que se presentaron en un comienzo, tuve la gran fortuna de conocer y ser acogida en una increíble casa donde aprendí a convivir con personas magníficas; Andrés, Sergio, Cata y Amelia que llegaron al fondo de mi corazón convirtiéndose en una familia, con ellos viví la mayor parte de mis grandes momentos. No puedo dejar de mencionar a mi gran amigo José, que si bien no vivía con nosotros, era parte de nuestra casa siendo tan amigo de ellos como yo. Y con el cual compartí mis logros y aventuras, dentro y fuera del ámbito universitario.
Sin duda alguna mi crecimiento académico y personal fue mayor que en mucho tiempo, concentrándose sólo en unos pocos meses, en los cuales obtuve la madurez que tanto me había costado al estar en mi zona de confort.
Vivir en otro país fuera de la comodidad de tu casa, implica cambios profundos en la vida y es aquí donde se manifiestan los verdaderos amigos, no sólo en este nuevo país, sino también el que has dejado atrás. Por eso que puedo afirmar que esta experiencia me mostró lo bien que escogí mis amistades en Chile y Colombia, pues son ellos junto a mi familia son quienes me dieron el apoyo necesario para poder hacer una vida placentera en un lugar extraño.
Por último, mi intercambio terminó con unas vacaciones inolvidables, donde a pesar que me aventuré a viajar sola en ese país"lleno de peligros" según los mismos colombianos, logré conocer a gente maravillosa que alegraron mis paseos y me hicieron compañía a lo largo de mi "mochileo" enseñándome nuevas formas de vida y liberándome de prejuicios.
El viaje dejó una gran huella en mi, no sólo por sus increíbles paisajes, sino también por esos personajes que aparecieron a lo largo de mi estadía en Colombia y especialmente en Medellín con su eterna primavera.
Y por eso, como bien dicen en Colombia, el riesgo es que te quieras quedar.