Rocío Margarita Miranda Rendón
2° Semestre de 2011
Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM)
México
Haber estudiado en Chile fue, sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida. Todo comenzó desde que partí de México, por primera vez, dejando atrás mis raíces, la compañía de mi familia y la comodidad de mi hogar, para emprender una vida totalmente diferente e incierta. De Chile me llevo todo lo mejor: la amabilidad de su gente, su espíritu de esperanza y lucha, sus paisajes y todas las experiencias tan bellas que viví junto con mis compañeros de la USACH y de la residencia, que hicieron de esta una experiencia inolvidable.
Durante mi estancia en Chile, hubo un acontecimiento político-social de gran relevancia en todo el país: el movimiento estudiantil. A pesar de este movimiento, comencé las clases en períodos extemporáneos y en horarios nocturnos, lo que me permitió percatarme del descontento y el despertar de la sociedad chilena. Fue impresionante ver a ancianos, niños y diferentes segmentos de la población unidos, haciéndose escuchar, y mostrando perseverancia y apoyo. Durante el movimiento, la unidad de quienes estábamos de intercambio nos ayudó, en gran medida, para apoyarnos, en todo momento, con trámites e información.
La enseñanza en las aulas fue enriquecida con la participación de todos los alumnos de intercambio, mediante sus aportes de experiencias y relatando la forma de vida de sus países. Además, los profesores que me impartieron clases mostraron una buena capacidad para abordar los temas en forma práctica y sencilla, demostrando que la FAE brinda excelentes bases para los profesionistas del área económica-administrativa.
Estar en Chile me hizo pensar que cruzar fronteras no es algo muy lejano ni difícil, que las personas por el simple hecho de haber nacido en otros países nos hacen diferentes las costumbres e idiomas; pero, en el fondo, todos somos humanos, sentimos, queremos y nos gusta compartir. Esta experiencia me permitió hacerme más fuerte y responsable debido a la lejanía de mi familia, de la que nunca me había separado. También me permitió ser más abierta y tolerante ante diferentes puntos de vista.
Agradezco esta oportunidad que me brindaron, y no me queda más que despedirme con un:
Chi-chi-chi
le-le-le
Viva Chile!!!!!!!
Rocío Margarita Miranda Rendón.