Andrea Montoya Quiñonez
Ingeniería Comercial
Universidad De Guadalajara UDG- Jalisco, México
1° Semetre 2015
Haber sido estudiante de intercambio ha sido uno de los retos más increíbles de mi vida, por el hecho de ir a un país desconocido, sin conocer a nadie y quizá hablando castellano, pero aún así con mucha dificultad para entender tantos modismos y palabras que en mi vida había escuchado. Nunca tuve ni la menor idea de lo que me podría esperar en el otro lado del mundo, tampoco si habría sido la mejor opción o no, si realmente me gustaría el país que elegí o no. Tan solo pensarlo era una locura, pero hubo algo mas fuerte, algo que me hizo salir de mi zona de confort y decir adiós a mi vida y a las personas que amo (por un plazo de seis meses) y descubrir no solo el mundo, sino también descubrirme a mi misma.
Debo admitir que no fue una decisión fácil, todo el mundo piensa (inclusive yo lo pensaba) que el intercambio significa solamente viajar, hacer nuevos amigos y diversión. En realidad se debe pasar por muchas dificultades para vivir el proceso del intercambio, porque todo cambia y uno se encuentra solo y lejos de los padres y amigos, que solo te pueden apoyar desde la distancia si necesitas algo. Es un proceso difícil que no cualquiera puede sobrellevar y debe ser admirado, pero las lecciones que aprendemos en los momentos bajos, no se comparan con las experiencias positivas que te dejan cada una.
Chile ha significado muchas cosas para mi, puedo estar segura que se ha convertido en mi segunda casa, conocer su historia, a su gente tan maravillosa y poder ser admiradora de todos los diversos paisajes con los que cuenta este país es algo indescriptible. Me siento dichosa de haber formado parte de esta cultura y que la gente me haya compartido de ella.
Este intercambio no solo se baso en estudio y actividades académicas, sino que me dio la oportunidad de conocer; aparte de la cultura chilena a muchas otras mas por ejemplo a personas maravillosas de Holanda, Francia, España, Brasil, Colombia, Peru, Bolivia, Alemania, Argentina y también de mi propio país. Gracias a esto me da la oportunidad de generar lazos que en un futuro son grandes oportunidades y más alla de eso, el seguir compartiendo experiencias únicas.
Mi experiencia en la FAE fue sorprendente, yo no creía cuando me decían en México, que el sistema educativo sería un poco mas pesado (aunque hablaran el mismo idioma) y aunque solo tomé pocos ramos bastaron para conocer el método educativo y las diferencias entre mi universidad y la U. De Santiago. Puedo decir que estoy completamente satisfecha con los ramos que se me impartieron y con el docente que colaboro en estos. Aprendí nuevos métodos de enseñanza, técnicas, formas de pensar y actuar; además note interés por parte de los profesores hacia los estudiantes extranjeros, ya que nos tomaban mucho en cuenta y nos integraban con gente de diversos países para tener una mayor pluriculturalidad.
Mi estancia en chile me llenó de grandes experiencias, los momentos que tuve y los recuerdos que creé, son algo que ni el tiempo ni la distancia jamás podrán borrar. Ahora más que nunca tengo la certeza de haber elegido bien como primer opción a Chile y si lo tuviera que hacer una vez mas, no dudaría en decir que sí.