Rocío Belén Osuna
Ingeniería Comercial en Administración
University of Applied Sciences Worms, Alemania
1° Semestre 2017.
Uno de mis mayores sueños fue entrar a la universidad y una vez que lo logré, el próximo fue hacer un intercambio estudiantil y gracias al apoyo de mi familia, compañeros, de la universidad y mi esfuerzo, lo logré. Estar estudiando y viviendo en Alemania, en Worms durante tantos meses, ha sido una de las mejores experiencias que jamás olvidaré en mi vida. Al comienzo sentía curiosidad de cómo sería el choque cultural, la mezcla entre tantos idiomas, costumbres, formas de pensar y mucho más. Pero desde un principio fue agradable porque un grupo de estudiantes de la universidad nos guío y nos acompañó durante el mes de inducción, ellos nos ayudaron a realizar los trámites legales necesarios para vivir en la ciudad, realizaron reuniones con dinámicas para que nos conociéramos entre nosotros y, además, la universidad organizó diversas charlas para mostrarnos cómo funcionaba la universidad y la ciudad donde viviríamos. Y para finalizar la inducción fuimos todos los del grupo de Erasmus a Berlín, fue un viaje maravilloso.
Durante los 5 meses siguientes siempre tuvimos el apoyo de los encargados del departamento de relaciones internacionales y de los demás estudiantes. También cada uno de los Erasmus teníamos un buddy y con ellos nosotros podíamos contar en cualquier momento. Mi buddy era una alemana llama Lana, que hablaba español y había estado en Chile así que fue muy agradable y la conexión fue rápida y nos entendíamos muy bien.
Las clases en un principio me costó adaptarme un poco al ritmo y tiempos de los alemanes y porque eran en otro idioma, pero con la ayuda de mis compañeros quienes no dudaban en ayudarte si tenías dudas y profesores quienes fueron comprensivos, fue más fácil adaptarse.
Worms es una ciudad que me encantó, muchas personas que vivían allí me preguntaban porque elegí aquella ciudad tan pequeña y tan aburrida, cuando podría haber escogido alguna ciudad más entretenida o grande. Yo creía que era una broma, a mí me encantó, es una ciudad tan tranquila, tan segura, su gente amable, no es cara para vivir y es hermosa. Es la segunda ciudad más antigua de Alemania y con tanta historia, todo esto hizo que me encantara ese pequeño pueblo, como yo lo llamo con cariño.
El idioma no fue ningún impedimento, esto gracias a que en la universidad había realizado un curso de alemán con la profesora Iris Voight y aprendí lo necesario y también en la universidad lo reforcé con un curso intensivo y durante el semestre realicé otro curso más. Y en la ciudad podía practicarlo cuando salía o con mis compañeros alemanes, y si me veía en problemas podía hablar inglés porque todos lo hablaban igualmente. El alemán es un idioma que me gustó mucho y quiero seguir mejorándolo.
Mi intercambio en Worms mejor no pudo haber sido, estoy agradecida de cada una las personas que me acompañaron y ayudaron cada vez que lo necesité e hicieron de este intercambio una experiencia inolvidable. Yo creo que todos los estudiantes deberían realizar un intercambio, definitivamente les cambiará la vida. Aprenderán y crecerán no solamente en el ámbito profesional, lo cual es muy importante, sino que también en lo personal: serán más tolerantes, más maduros, más independientes, su forma de pensar será diferente, la forma de ver la vida será muy distinta. Es algo que, recomiendo totalmente, conocerán personas maravillosas, conocerán lugares hermosos, mejorarán su inglés y aprenderán un nuevo idioma y el intercambio cultural con los demás compañeros que vienen de diferentes partes del mundo, aprenderán muchísimo y harán grandes amistades también.