El estudio realizado la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago y la Corporación Juego Responsable determinó que el 11.7% del universo encuestado tiene problemas asociados al juego, mientras que los consumidores de drogas duras como la cocaína o la pasta base llegan al 2.2%.
Gran expectación mediática generó en la población y los medios de comunicación el estudio "Conductas de juego y juego patológico" realizado por el Centre for Experimental Social Science y presentado por la Corporación Juego Responsable, la que en el marco del cumplimiento de sus objetivos, decidió avanzar en el desarrollo de instrumentos de medición para caracterizar los diferentes tipos de tendencias relacionadas con el juego en la población.
Para esto, recurrió la FAE de la Universidad de Santiago, donde se estudiaron los hábitos de los chilenos con relación al juego y se reconoció a los casos patológicos, quienes son y dónde se encuentran.
Este fue un estudio cuantitativo con encuestas cara a cara en hogares del gran Santiago. Toda la población consultada fue mayor a los 18 años. Los datos fueron ponderados considerando el sexo, nivel socioeconómico y la edad de los encuestados. Cuestionario estructurado, con preguntas cerradas, de respuesta simple y múltiple. El instrumento fue diseñado por el equipo de la Universidad de Santiago, siendo validado a través de una fase cualitativa y un pre-test.
El National Opinion Research Center DSM-IV Screen for Gambling Problems (NODS) es la herramienta estándar para la evaluación poblacional de juego problemático. Se basa en los criterios del DSM IV para la identificación de jugadores patológicos y consta de 34 ítems, 17 sobre juego a lo largo de la vida y 17 sobre las experiencias del último año.
Principales resultados
Según los hallazgos, a lo largo de la vida el 85.7% de la población es de bajo riesgo, el 8.9% es de riesgo, el 2.9% es un jugador problemático y el 2.4% es un jugador patológico.
Según los resultados del estudio, comparándolo con el XI estudio nacional de drogas en la población general realizado por el SENDA en el 2015, el juego riesgoso es más común en la población que el consumo de cocaína o pasta base. El 11.7% de la población tiene problemas de juego ya sea este riesgoso o patológico, mientras que el consumo de cocaína y/ o pasta base llega al 2.2%.
El 72.1% de la población encuestada ha gastado dinero en boletos de lotería. El 70,9% lo ha hecho en rifas o sorteos para caridad, el 51.9% en raspes, el 34.9 en tragamonedas ilegales, el 21.1% en máquinas de casinos, el 18.4% en apuestas de caballos, el 16.3% en apuestas en eventos deportivos y el 11.2% en salones de juego ilegal.
El sector socioeconómico que más dinero ha gastado en tragamonedas ilegales y salones de juego ilegal es el más vulnerable, el D. De este grupo, el 44.3% usa tragamonedas ilegales y el 51.8% practica este vicio en salones de juego ilegal.
Andrés Mendiburo investigador de la FAE de la Universidad de Santiago, destaca que la ludopatía es una patología poco tratada: "La idea es hacer visible el problema y conocer qué ocurre en otras ciudades donde existan más casinos al alcance de la población".
Continuando con las características sociodemográficas, el 30% de los jugadores se encuentra en el rango etario entre los 18 a los 30 años. Sin embargo, el 20% de los adultos mayores tienen el hábito de juego y el 54% de las mujeres tienen estas costumbres.
Con respecto a la motivación para caer en esta conducta, la mayoría de las personas que participan de estos juegos lo hace para ganar dinero (26.8%). El 26.2% lo hace por entretención, el 17,5% para ayudar a la recolección de fondos de causas solidarias, el 9.9% para socializar y el 7.1 % por curiosidad, entre otros motivos.
El estudio determinó que este es un juego solitario, ya que el 45,6% lo hace solo, mientras que el 18,7% lo hace con algún miembro de su familia y el 17.3% con amigos.
Otro de los aspectos que llaman la atención, es la cantidad de mujeres que del sector jugador patológico, el 79.7% son mujeres, mientras solo un 20.3% es hombre.
De la muestra, se encontró que el 49.3% del jugador patológico pertenece al estrato socioeconómico D, o sea, a la población más vulnerable de la población. El 39.1% de jugador de riesgo pertenece al estrato C3.
El Dr. en Psicología Andrés Mendiburo agrega que "el juego patológico se puede entender como un síntoma de trastornos angustiosos y depresivos, y afecta a una parte de la población más vulnerable en cuanto a opciones de pedir ayuda".
Una de las principales conclusiones que observó el grupo de investigadores de la FAE de la Universidad de Santiago, fue que, debido a los resultados en relación a que supera los niveles de consumo de droga dura, es que existe una necesidad de evaluar el problema del juego patológico como un problema de política pública.