En su informe semanal el economista y académico de la Facultad de Administración y Economía, Guillermo Pattillo, revisa lo que ha ocurrido en el 2015 con el programa ligado a la situación económica de corto plazo que se traduce específicamente en el Programa de Contingencia contra el Desempleo, creado en el 2006 por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
En su informe semanal el economista y académico de la Facultad de Administración y Economía, Guillermo Pattillo, revisa lo que ha ocurrido en el 2015 con el programa ligado a la situación económica de corto plazo que se traduce específicamente en el Programa de Contingencia contra el Desempleo, creado en el 2006 por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Desde hace mucho tiempo que en Chile existen programas con financiamiento fiscal, que buscan a través del gobierno apoyar el empleo de la economía en el corto y mediano plazo. En la actualidad existen tres tipos de programas: el programa de empleo por coyuntura económica, el programa de fomento al micro-emprendimiento y el programa de fomento a la capacitación e inserción laboral.
En este contexto, Guillermo Pattillo, busca revisar lo que ha ocurrido en el 2015 con el Programa de Contingencia contra el Desempleo, que fue creado en el 2006 por la ley n° 20.128 de Responsabilidad Fiscal.
Según el artículo 3° de la ley n° 20.128, este programa "podrá operar cuando la tasa nacional de desempleo trimestral, calculada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), exceda el promedio de dicha tasa correspondiente a los cinco años anteriores publicados por dicho instituto o cuando la tasa nacional de desempleo trimestral sea igual o superior al diez por ciento.
Igualmente, los recursos del Programa podrán aplicarse sin sujeción a lo dispuesto en el inciso anterior, cuando en una o más regiones o determinadas provincias, se registre una tasa de desocupación igual o superior al diez por ciento, correspondiendo tal aplicación en las comunas de la región o provincia que presenten las tasa más altas, así como también cuando en alguna comuna la tasa de desocupación sea igual o superior a dicho porcentaje, aunque la de la respectiva región sea inferior a éste".
En el marco de esta ley, existen dos programas operando, el primero corresponde al Programa de Emergencia de Empleo de Conaf y el segundo corresponde al Programa de Empleos de Emergencia controlado por la Subsecretaría del Trabajo, que contempla el Programa de Inversión en la Comunidad que funciona a través de dos vías: Sence y directamente con las Intendencias.
"Al finalizar el tercer trimestre del 2015, existían 28.160 personas adscritas a estos programas, la gran mayoría en el de Inversión en la Comunidad. En promedio, durante el tercer trimestre hubo 28.328 personas mensualmente en los programas indicados. Esto implica un aumento de 40,3% respecto al promedio de igual lapso en el 2014. Este año hasta septiembre, en promedio, ha permanecido en estos programas un 42,4% más personas que en el mismo periodo en el 2014. Sin duda esto tiene diversos ángulos desde los cuales puede ser analizado, pero nuestro interés aquí es solo mirar un resultado: su impacto en la tasa de desocupación nacional", explica el académico de la Facultad de Administración y Economía.
Para poder tener una aproximación del impacto en la tasa de desocupación nacional, se agregó a los desocupados el total de personas en programas de emergencia; al calcular así esta tasa, se encuentra que ésta (que ha sido llamada "tasa corregida") sería superior todos los meses, entre 3 y 4 décimas de puntos porcentuales, respecto de la tasa de desocupación informada por el INE. Esto significa que, la tasa de desocupación nacional en el trimestre móvil terminado en septiembre, en vez de ser 6,4% llegaría al orden de 6,8%.
Para Pattillo, "la existencia de estos programas de empleo de emergencia, han dejado de estar ligados a "emergencias" y su mantención en el tiempo depende mucho más de consideraciones de política de corto plazo que de consideraciones de eficiente uso de recursos públicos. Podría argumentarse que sin estos programas las condiciones en que vive un número significativo de personas sería sustantivamente peor. Eso puede ser cierto en el corto plazo, pero no necesariamente en el largo plazo. La existencia de empleo fiscal de bajísima productividad, pero remunerado por sobre el costo de oportunidad de las personas involucradas en ellos, desincentiva el esfuerzo personal por buscar opciones más competitivas", agrega el economista.
Pero entonces, ¿cuál es la situación que proyecta la autoridad para 2016? En el proyecto de presupuesto del programa ProEmpleo de la Subsecretaría del Trabajo, los recursos asignados al Programa de Inversión en la Comunidad crecen 48,1% respecto a 2015. De hecho, de las transferencias corrientes que realiza ProEmpleo, esa es la única línea que crece significativamente.
En Conaf, lo que se puede anticipar, según el informe realizado por el académico de la FAE, es que exista un aumento semejante al observado en el programa del Ministerio del Trabajo. De hecho en los primeros nueves meses del 2015, en promedio, Conaf ha tenido un 55% más de gente en el programa de empleo de emergencia respecto al mismo periodo en el 2014.
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