El gerente de contabilidad y tributaria del Banco de Chile, es egresado de la carrera de Contador Público y Auditor de la USACH en el año 1989 y se siente orgulloso de su Alma Máter, como también de su carrera, e hizo un llamado a que los profesionales tengan la capacidad de complementar el conocimiento a través del estudio y la capacitación continua en esta profesión de permanentes cambios.

news_205_01Héctor Mauricio Hernández González tiene 53 años, es casado con Ximena Véliz Pacheco, ambos pertenecientes a la generación del segundo semestre del año 1985 de Contador Público y Auditor de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile. La tradición de esta familia es, sin dudas, usachina. Su hijo Mauricio, se encuentra cursando el segundo año del Magíster en Economía Financiera en la misma alma máter de sus padres. Su hija Camila, por su parte, optó por el área de las ciencias y actualmente cursa el sexto año de la carrera de odontología en la Pontificia Universidad Católica.

En el año 1989 Héctor egresó de la carrera y comenzó a trabajar en una empresa de auditoría externa. "Sin embargo, siempre he considerado que mi primer trabajo fue Langton Clarke (hoy E&Y Auditores Consultores), dado que me aportó profesionalmente en términos de conocimiento de diversas industrias, la aplicación de metodologías y me generó mucho crecimiento personal. En esta empresa estuve diez años, partiendo desde trainnee, hasta llegar a ser gerente de auditoría, especialista en el sector financiero, donde el foco eran principalmente empresas del sector bancario".

A juicio de Héctor, la preparación entregada por la universidad fue relevante para desempeñarse con confianza, no exento de ansiedad por los desafíos que se enfrentarían día a día en este tipo de empresas, siempre con el propósito de desenvolverse lo mejor posible.

"Luego de diez años en Langton Clarke, tuve la posibilidad de entrar como gerente de contabilidad y tributaria al Banco de Chile, cargo que ocupo hace ya dieciocho años. Adicionalmente, desde marzo 2018 soy gerente general de la Sociedad Matriz del Banco de Chile, entidad encargada de pagar la Obligación Subordinada con el Banco Central de Chile", añade el ex alumno.

Los primeros recuerdos que Héctor tiene de la FAE, eran sus instalaciones. "Eran bastantes cómodas para la época. Recuerdo las imágenes del planetario, las carreras a la biblioteca para asegurarnos unos libros para los exámenes, siendo los computadores un recurso casi inexistente, y menos pensar en tener internet en ese entonces. Recuerdo lo cuico que era para algunos de nosotros el casino de la FAE, y las multitudes de jóvenes yendo a almorzar. En especial recuerdo esas interminables colas cuando había pollo con arroz, el mejor menú", cuenta.

Destaca con mucha relevancia el rol político de la Universidad de Santiago de Chile. "Ésto se veía plasmado en los sólidos discursos de los dirigentes estudiantiles de la Facultad de Administración y Economía", puntualiza, agregando que "la universidad aparte de entregarnos conocimientos, nos dio criterio profesional, valores como perseverancia, prudencia, integridad, responsabilidad, transparencia y el pensamiento independiente que nos permite opinar sin sesgo. Un sello importante es la diversidad de realidades económicas que existen en nuestra universidad, lo cual es importante y valorable al momento de crecer profesionalmente, debido a que no nos podemos olvidar que todos somos personas".

Recuerdos y orgullos

Héctor Hernández recuerda, entre otros académicos, la paciencia y vocación de maestro del profesor Gabriel Torres en Contabilidad I. "No olvido lo difícil que se me hizo el ramo de Contabilidad II con la exigente profesora Silvia Ferrada, la calidez de las clases tributarias del profesor Alfonso Muñoz, la sapiencia del profesor Rojas en la cátedra de Costos y el difícil ramo de Derecho Tributario con la profesora Lucía González en el vespertino. En general y salvo contadas excepciones, tengo muy buenos recuerdos de nuestros profesores quienes nos inculcaron el cariño por nuestra profesión, y que han sido un factor relevante en la mística e importancia que ha tenido y tiene nuestra carrera en el mercado, de la cual siento orgullo hasta el día de hoy", sentencia.

Me gustaría expresar la satisfacción que siento de mi alma máter, prosigue Hernández, como también de mi carrera, y que la universidad cumplió entregándome una gran formación profesional y personal; que cada uno de nosotros debemos ser capaces de complementar nuestro conocimiento a través del estudio y la capacitación continua en esta profesión de permanentes cambios.

"Quienes están estudiando esta carrera, deben saber que son los encargados de seguir cosechando el respeto y consideración que el mercado tiene sobre el egresado de la carrera de Contador Público y Auditor de nuestra querida Universidad de Santiago, responder a la expectativa y tradición", concluye Héctor Hernández.