El egresado de la carrera de Contador Público y Auditor de la Universidad de Santiago de Chile, destaca el desarrollo de habilidades blandas entregadas en su primer trabajo profesional, lo que le permitió desarrollar su carrera llegando a ostentar el cargo de gerente de contabilidad del grupo Itaú Corpbanca.
El egresado de la carrera de Contador Público y Auditor de la Universidad de Santiago de Chile, destaca el desarrollo de habilidades blandas entregadas en su primer trabajo profesional, lo que le permitió desarrollar su carrera llegando a ostentar el cargo de gerente de contabilidad del grupo Itaú Corpbanca.
"Soy un convencido que para tener éxito en la vida (ya sea en lo laboral, familiar, espiritual, etc.) hay que esforzarse. Las cosas no son gratis, hay que luchar y esforzarse para alcanzarlas y aún más para mantenerlas. Las oportunidades están, pero hay que saber buscarlas y aprovecharlas, para ello muchas veces hay que relegar un bienestar presente por una mejor situación futura". Sin este pensamiento, Jonathan Covarrubias no habría llegado a ocupar el puesto que hoy sustenta, gerente de contabilidad del grupo Itaú Corpbanca.
Egresado en el año 2002 y con 39 años, el contador público y auditor de la Universidad de Santiago de Chile guarda muchos recuerdos de su época universitaria. "Una de las cosas que más me enorgullece es que logré equilibrar las exigencias académicas con vivir la universidad. Llegué a estudiar a Santiago proveniente de Rancagua. El primer año, además de lo que significaba el entrar a la universidad (crecer), venía de región y tuve que enfrentarme a paros y tomas. Probablemente académicamente no es una buena experiencia, pero vivir esas experiencias te entrega una sensibilidad distinta con la política, con la historia y especialmente con la realidad económica que se vive en la universidad. Pude observar cómo ésta, es un verdadero mecanismo de movilidad social", cuenta Covarrubias.
Cada minuto que Jonathan pasaba en la universidad, sentía que era tiempo de calidad que pasaba con los amigos, o en la biblioteca estudiando. "Cómo olvidar las tardes en los "pastos" disfrutando el día ,o las competencias de taca-taca en el casino a la hora de almuerzo. No éramos sólo compañeros, sino amigos hasta hoy", recuerda el contador público y auditor, destacando entre sus remembranzas los paseos a la playa, la semana de la FAE y las olimpiadas deportivas que realizaba la carrera con otras universidades del país. "Esto me permitía viajar y conocer personas de diferentes lugares del país. En lo académico recuerdo las ayudantías, donde armamos un tremendo equipo y personalmente descubrí el gusto a enseñar y compartir el conocimiento", agrega.
Jonathan participó en la primera delegación o viaje de estudios a la Universidad de Calgary y otras casas de estudio de Estados Unidos y Canadá. "Recuerdo muy bien todo lo que tuvimos que hacer para reunir los fondos necesarios para el viaje, incluso en esa fecha tuve que abrir mi primera cuenta corriente para financiar parte del costo. Antes no era tan fácil como ahora, se necesitaba una carta de recomendación y muchos otros papeles. Diecinueve años después, aún mantengo la cuenta", puntualiza.
Luego de un breve paso por el Centro de Alumnos, Covarrubias hizo un semestre de intercambio en Argentina, y en el ultimo año de carrera, pasó a la jornada vespertina. "En esta etapa conocí otra realidad, gente de mucho esfuerzo que eran al mismo tiempo trabajadores, estudiantes y casi todos padres o madres de familia. Ellos me enseñaron la importancia del esfuerzo y la perseverancia y, especialmente, lo afortunado que había sido en los años anteriores".
Con respecto a lo que su alma mater le enseñó, Jonathan asegura que la Universidad de Santiago le enseñó a esforzarse y a aprender que las cosas cuestan, pero que son posibles. "También agradezco el pensamiento crítico y analítico, la responsabilidad inherente a nuestro rol, el respeto a la profesión y la independencia de nuestro juicio son temas que me quedaron gravados a fuego durante mi paso por la carrera".
Los profesores de la carrera marcaron a este gerente de contabilidad del grupo Itaú Corpbanca. "Humberto Varas, "el Varas", es un personaje, un gran profesor. Paradójicamente formalmente nunca fui alumno de él. Aunque con sus historias y enseñanzas de vida, siempre nos dejaba algo. Cuando éramos sus ayudantes, siempre esperábamos con ansias su invitación a comer, luego de las PEPs. Quiero destacar esto especialmente, ya que esa actitud te iba preparando para lo que serían luego nuestras primeras interacciones sociales en el mundo laboral", recuerda.
"La profesora Silva Ferrada, tenía y tiene ojo clínico. En cinco minutos te sacaba la foto literalmente. Hasta hoy nos recomienda alumnos que son "sandías caladas". Ella te inspiraba el respeto por la profesión y por nuestro rol, además de lo académico, te formaba por sobre todo el carácter. Recuerdo también al profesor Luis Santander, a quién lo tuve en el último año. Dada su conexión con el mundo laboral, sus clases eran lo más parecido al mundo real del trabajo. Su trato era un mix entre profesor y jefe. Con él aprendí a ser profesional y actuar como tal. Las conversaciones con el profesor Ramón Ramos despertaron en mi las ganas de viajar y perfeccionarme en el extranjero", comenta Jonathan.
Experiencia laboral
Por historia de vida, Jonathan Covarrubias trabajó prácticamente todos los veranos desde su adolescencia. No obstante, su primer trabajo relevante fue en Grupo Santander, donde estuvo por 16 años.
"Hoy las empresas contratan a empleados en base a sus habilidades técnicas, pero los despiden por carencia de habilidades blandas. En Santander tuve la suerte de caer en buenas manos, tuve jefes muy exigentes y con altos niveles de performance, quienes a la vez te entregaban las oportunidades para mostrarte, equivocarte, aprender y crecer. Pero por sobre todo, fomentaban el talento y el tener buenos profesionales en sus equipos. Dado que la Usach te entrega una buena base técnica, mi desafío principal durante todos esos años fue ir mejorando/incrementando las habilidades "blandas", primero eran temas de proactividad, diligencia, etc., para luego pasar a la gestión de equipos, el manejo de situaciones difíciles o el pensamiento estratégico, etc. La frase "arrimarse a un buen árbol" aplica a la perfección en este caso.
Todo este proceso me ha permitido estar en el rol que hoy en día me toca desempeñar", añade el profesional.
"Un consejo que me gustaría dar a los futuros profesionales, es que no esperen que sus empleadores los tomen de la mano y los capaciten. Busquen las oportunidades que encajen con sus habilidades/preferencias y explótenlas. Inviertan tiempo personal en perfeccionarse, aunque sea en forma autodidacta en un principio, luego llegarán solas otras oportunidades mejores, pero tomen ustedes la iniciativa, esa es la clave", finaliza.