La egresada en 1983 de la carrera de Contador Público y Auditor de la Universidad de Santiago de Chile, hoy se desempeña en la prestigiosa firma auditora EY como socia de consultoría tributaria. Virginia Ruiz recuerda sus años universitarios y cómo estos forjaron lo que hoy es en materia profesional.

news_364_01Virginia Ruiz Arenas, ingresó a estudiar la carrera de Contador Público y Auditor, el primer semestre de 1980. "En ese entonces era la Universidad Técnica del Estado, lo que se me había olvidado por completo, siempre estuvo en mi memoria la USACH", cuenta con cierto dejo de nostalgia y orgullo por su casa de estudios. Ruiz egresó el año 1983, terminando su proceso de seminario de titulación el año 1984.

"Tengo hermosos recuerdos de estudiante en la FAE, la verdad que fue en este lugar donde entendí lo valioso del estudio grupal con tus compañeros, largas jornadas de trabajo para preparar pruebas y exámenes, no falto de alegría y compañerismo. Era muy habitual estudiar en la biblioteca o en la famosa Sala de Estar, santuario del estudio, camaradería y de compartir un sándwich con tus compañeros", rememora.

A juicio de Virginia Ruiz, fue la Facultad de Administración y Economía de la USACH la que le entregó las herramientas que fueron trascendentales para enfrentar el mundo laboral. "Es algo que confirmas cuando miras hacia atrás y descubres que cada una de las experiencias universitarias sirvieron para forjar tu personalidad, y que fue el primer paso de aprendizaje del trabajo en equipo, disciplina y excelencia en nuestro quehacer profesional, responsabilidad y seriedad para enfrentar los desafíos, autodeterminación y autonomía", añade la socia de consultoría tributaria de EY.

La profesional y ex alumna de la carrera de Contador Público y Auditor aún recuerda muchas caras y nombres de profesores que marcaron su vida de estudiante, no solo en lo técnico sino en aquellas habilidades que había que adquirir para enfrentar el futuro laboral. "Dentro de esos académicos recuerdo a Nelson Palominos, profesor de la cátedra de Auditoría, quién tenía un humor muy peculiar y hacía sus clases muy amenas pero no faltas de exigencia, a él siempre le escuché que había que estar muy bien preparado técnicamente y vestidos impecable para ir a una entrevista, los hombres con perfecta camisa blanca y corbata y las mujeres de traje. Han cambiado los tiempos", enfatiza Ruiz.

"Otro profesor que recuerdo con mucho cariño y que también generó una influencia importante para seguir una carrera ligada a los impuestos fue Alfonso Muñoz, profesor de Derecho Tributario. Este ramo nos daba un poco de susto porque la materia era difícil y distinta, pero apasionante. Recuerdo también a Carlos Martínez. Sufrimos harto con él, pero forjó nuestra paciencia y perseverancia", cuenta.

El primer trabajo de Virginia fue en el Servicio de Impuestos Internos. Al ingresar, uno debía hacer un curso de entrenamiento de tres meses. "Esto me sirvió no solo por lo académico, sino para ir transitando paulatinamente de estudiante universitaria a una colaboradora de una entidad pública que tenía que formarse como fiscalizadora. Tengo que destacar que gracias a la buena preparación que traía de la facultad, tuve muy buen desempeño en esta capacitación lo que me dio más seguridad para asumir mi rol posterior", expresa la contadora pública y auditora.

La experiencia que Virginia Ruiz tuvo en el SII fue muy buena, sin embargo, debido a los traslados a provincias a los que estuvo sujeta, se vio obligada a buscar otras opciones de trabajo. "Gracias a las oportunidades que da la vida, fui presentada a ejecutivos de ese entonces de la prestigiosa firma auditora Langton Clarke, hoy EY. Llevo casi 30 años en esta firma y creo que mi éxito profesional se lo debo a mi familia y en gran parte al aprendizaje y experiencias vividas en la FAE", concluye.

Finalmente, la profesional de la auditoría quiso entregar un mensaje a los jóvenes que están comenzando a navegar por los mares de la profesión. "Me imagino que muchos egresados, tal cual yo lo viví, se encuentran en la disyuntiva de qué hacer. Creo que la carrera de Contador Público y Auditor, al ser tan versátil, entrega muchas áreas que explorar y para ello siempre es bueno escuchar a los más experimentados, investigar respecto de las áreas dentro de una empresa, pedir consejos, conocerse y saber cuáles son sus gustos y habilidades. Ahora, cuando se es joven te puedes dar el lujo de experimentar en varias áreas para finalmente decidirte por una, lo que otorga una ventaja de transformarse en un profesional integral y más preparado", señala Ruiz, agregando que "no deben restarse en la entrega de ideas, pues las nuevas generaciones son pieza fundamental en el proceso de innovación de las compañías, y en esto nos llevan una ventaja a los más senior, cual es, haber nacido en la época de la irrupción tecnológica por lo que tienen mucho que aportar en el crecimiento y desarrollo de las instituciones y por qué no decirlo, de nuestro país".