Estando
2009 virtualmente concluido, la mirada está ahora puesta en 2010 y en
los años inmediatamente siguientes. Junto con una evolución de la
economía internacional que se ve cada vez mejor, la mediana de las
expectativas de crecimiento para la economía chilena, según la
información entregada por la encuesta mensual del Banco Central, ha
subido desde un 3% en abril a 4,4% en noviembre. Esta tasa puede
parecer relativamente alta, pero no lo es si observamos que ocurriría después de una caída del PIB –en este año– que
será cercana a 1,6%, y que existe una importante capacidad ociosa. De
hecho, es posible crecer más que 4,4% el próximo año, aunque ello no
ocurrirá en forma automática, sino que requiere de acciones concretas
de política.
Si
tomamos hasta 2009, y asumiendo una caída del Producto de 1,6%, la tasa
media 1997-2009 llega a 3,2%. Entre 2006 y 2009 el crecimiento medio
del PIB alcanzaría a 2,7% anual. Elemento clave en este proceso de
deterioro creciente es la caída que ha experimentado en los últimos
años la productividad de los factores: en los últimos cuatro años se ha
reducido 6,2%; es decir, a una tasa media anual de -1,6%. Así, la tasa
de variación del PIB tendencial está hoy en el entorno de 4%. Por su
parte, el producto per cápita ha crecido en la última década a tasas
cercanas al 2% (sin contar, por supuesto, 2009). Si ese ritmo se
mantuviese demoraríamos del orden de 35 años en doblar el PIB por
habitante.
Sin
duda, este panorama requiere un cambio radical si queremos resolver los
problemas de pobreza y marginación de Chile. El desafío central para
avanzar realmente es elevar la tasa de crecimiento del producto
potencial a cifras cercanas al 6%, doblando la tasa de crecimiento del
PIB per cápita. Esto, sin embargo, no es factible en un esquema de
continuismo. Poner a la economía en una nueva senda requiere también
una transformación significativa en la conducción económica y, al
final, en la forma de gobernar. Hoy esa opción existe y está en el bien
de todos que nos liberemos del pasado y comencemos la construcción de
un mejor futuro.
Publicado en Diario Estrategia