Las políticas públicas juegan un papel importante en incentivar a las empresas a operar en esquemas de Clusters. En la literatura, en términos generales, hay variadas formas de intervenciones para mejorar el potencial de los Clusters: la creación de asociaciones público-privadas, incentivos para la creación de redes de negocios, modernización de las administraciones públicas locales, entre otras condiciones. Claro esta que la competencia empresarial por sí sola no garantiza la formación de Clusters constituidos por PYMEs. Hay sesgos porque las empresas creen que no apropiarán los beneficios de la cooperación y el intercambio de conocimientos en el largo plazo.

Así, PYMEs se enfrentan a problemas que no se asocian únicamente con el tamaño y la falta de recursos, sino también a su incapacidad para llegar a una gestión eficiente y no poseer vínculos más estrechos con otras empresas de tamaño similar. Las PYMEs en la mayoría de los casos operan en forma aislada y con escasa coordinación entre ellos.

Las políticas públicas, en la primera etapa, deberían estimular a los Clusters industriales a través de la creación de parques industriales, fomentando el incubamiento de empresas, la promoción de capital de riesgo, la reducción de las barreras de entrada tales como la simplificación tributaria, la desregulación de las cuestiones administrativas para iniciar nuevas empresas, y la búsqueda internacional de cooperación tecnológica. Luego, en los Cluster más avanzados, los organismos estatales, universidades y empresas pueden formar redes complementarias que agregan valor al crecimiento industrial, y ser capaz de llevar a cabo el "upgrading industrial" que requiere el desarrollo económico.

Por otro lado, el acceso a la tecnología desempeña un papel esencial en un Cluster. En un principio, la tecnología podría ser tomada de fuentes externas. Sin embargo, para la misma supervivencia del Cluster, es necesario desarrollar tecnología y así retener trabajadores calificados. La política pública puede ser un facilitador, a través de la reducción de aranceles para la importación de tecnología. Pero dependerá finalmente de los miembros del grupo la capacidad de interiorizar y aprender las nuevas tecnologías.  

Sin embargo, el entrenamiento en segmentos especializados (biotecnología, logística, etc.) proporcionados por Universidades, Escuelas Tecnológicas, puede contribuir a desarrollar un mercado nativo de tecnologías.

También el conocimiento de los mercados externos es fundamental para orientar a los miembros del Cluster. Sin embargo, las PYME en general no tienen los medios para llevar a cabo la investigación de mercados externos. Aquí el papel de las políticas públicas en términos de reducción de las asimetrías de información a las empresas en sus vínculos transfronterizos es relevante. Así, proporcionándoles información sobre las oportunidades de mercado, actúan como intermediarios entre empresas nacionales y extranjeras.

Así los beneficios que se tendrán en cuenta para las PYME integradas en Clusters son múltiples. Para obtener estos beneficios es necesario que existan determinados arreglos institucionales, incentivos especiales a través de las políticas públicas, contar con infraestructura en un sentido amplio (físico, tecnológico, investigación de mercados para nuevos productos), y estructuras de financiamiento adecuadas, potenciadas por una "banca de segundo piso" dedicada a fortalecer el tejido empresarial de empresas PYMEs.


Publicado en USACH al Día.
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