—¿Qué opinión le merecen los resultados en educación de la Encuesta Casen 2009?

—Hay algunos datos cuantitativos esperanzadores, que revelan un cierto avance.

 

—¿Como cuáles?

—El hecho de que haya una mayor tasa de escolarización en la educación superior de las familias más pobres, es sin lugar a dudas una buena noticia. Sin embargo, la encuesta recalca que la probabilidad de que una persona con menos ingresos entre a la educación superior, que proviene de básica o media, aún es muy baja, por lo que la tasa de desigualdad sigue siendo muy amplia. Por eso es de dulce y agraz, hay un sentimiento de avance, pero al mismo tiempo de que la distancia es extremadamente alta.

 

—A la luz de estos antecedentes, ¿cómo evalúa el sistema educacional chileno?

—Tengo una visión radicalmente contraria a cómo está estructurado el sistema educativo doméstico, lo que no es el tipo de consenso que prevalece. Para disminuir la desigualdad educativa en Chile, se tiene que eliminar una completa fragmentación. Los niños que tienen más dificultades de aprendizaje y de contexto socioeconómico familiar, están todos juntos. No hay sistema educativo en el mundo que permita de esta forma disminuir diferencias. El que sostenga que con la actual estructura podemos aminorar la brecha, dice una hipocresía, social y política. Tiene que haber una reforma completa de la institución educativa pública.

 

Donde hay educación pública, tiene que haber formadores con nivel mucho mayore.

—Entonces, reconoce que existe una ineficiencia en el sistema actual...

 

—Hay una enorme deficiencia en la formación de pedagogos en Chile; si van a enseñar a nuestros niños personas que, a su vez, no están en condiciones de entregar un nivel básico, el resultado es evidente.

 

—En definitiva, ¿cómo calificaría lo realizado durante la administración anterior?

—Hablo como parte de la Concertación, por lo que no me quiero eximir de responsabilidades. Sigo pensando que cometimos el grave error de no realizar una reforma estructural en la educación. Inyectamos recursos, que fueron importantes, y eso es bueno, pero no fue suficiente. Aquí hay que hacer esta doble reforma estructural, a las instituciones educativas, y al sistema de formación docente.


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