En las últimas semanas hemos visto un acentuado proceso de apreciación del peso, incluso por arriba de lo que ha pasado con otras monedas de la región. Como resulta claro para cualquier observador informado, estos movimientos en los precios de las monedas derivan de un conjunto de factores tanto externos como internos, que determinan la oferta y demanda actual y esperada de monedas. Uno de estos factores es el precio que tengan los commodities en los mercados internacionales y, en el caso de Chile, particularmente el cobre. Estos movimientos implican shocks exógenos a los términos de intercambio que pueden ser de gran magnitud. Un mayor precio de los commodities aumenta la oferta de dólares en los países exportadores de ellos y aprecia, por eso, sus monedas. Este comportamiento es muy nítido si observamos la evolución, por ejemplo, del Indice de Futuros de Commodities DJ UBS contra el Indice Dólar (que presenta la evolución de dicha divisa contra una canasta de monedas relevantes). En el último año el DJ UBS ha crecido 10%, mientras el US Dollar Index entre puntas no ha variado; no obstante, en septiembre ha caído 5% en tanto el índice de commodities ha crecido 6,2%.

    Por otra parte, tanto los commodities como las monedas son activos de inversión, y cambios esperados en los rendimientos asociados a ellos modificarán también los precios actuales de ambos. En el caso de Chile, los aumentos graduales de las tasas de interés internas aumentan el atractivo de papeles denominados en pesos, incrementando su demanda y apreciando nuestra moneda. Por último, la posición que tomen agentes locales relevantes también impactará sobre el precio diario de las monedas. En este momento ha existido una corriente vendedora para limitar pérdidas en dólares, que refuerza la tendencia a la baja de esa moneda.

    Las tendencias que determinan los tipos de cambio en el corto plazo, sugieren que los valores que hemos visto para el dólar en estos días no están lejos de lo que será su valor en lo que resta del año. No esperamos una depreciación relevante del peso, tampoco una tendencia continua a su apreciación, y muy posiblemente el tipo de cambio promedio de 2011 no supere los $510.

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