Francisco Castañeda
Economista USACH
Para los exportadores chilenos la noticia de que Standard & Poor´s (S&P) cambió la perspectiva de clasificación de la deuda fiscal norteamericana desde estable a negativa, es una confirmación de las tendencias de los últimos años, de que la moneda estadounidense seguirá por un largo tiempo debilitada. No obstante S&P mantuvo la clasificación de la deuda fiscal norteamericana en su grado máximo (AAA).
El déficit fiscal de Estados Unidos se ha empinado desde el 5% del PIB hasta alcanzar el 11% del PIB en la actualidad. Parte de este excesivo déficit fiscal fueron los ingentes gastos que tuvo que realizar el Fisco para sostener la economía durante la crisis Subprime. Pero sin embargo la actual discusión está centrada en que los recortes presupuestarios pueden afectar la velocidad de recuperación de la economía.
Para el sector exportador local, en este escenario no se debe esperar una mejora del tipo de cambio ni en el mediano plazo. Incluso el tipo de cambio real empeorará dado el mayor escenario inflacionario derivado de los aumentos en precios de alimentos y combustibles. Deben realizarse reformas que generen mayor competitividad en el sector exportador, las que abarcan aspectos de infraestructura, crediticios, tecnologías y políticas de clusters que incorporen pequeñas y medianas empresas en las grandes cadenas exportadoras.
Dada la estructura diversificada de las exportaciones chilenas, y dado que este factor de riesgo (déficit en cuenta corriente y déficit fiscal) ya está internalizado, dicha rebaja de perspectiva de la deuda no provocará efectos adversos en el intercambio comercial. Sin embargo es una señal de alerta para los exportadores en términos de no descansar en eventuales (e inesperadas) ganancias cambiarias. La mayor competitividad vendrá dada por factores que tienen que ver con una visión integral en el sentido de generar un upgrade industrial más acelerado en la amplia oferta de recursos naturales que posee la economía.
Publicado en Diario Financiero y Estrategia