El reciente Acuerdo para promoción del Empleo y la Capacitación (empresarios, trabajadores y Estado) pone de manifiesto que esta crisis debe ser superada a través de la interacción responsable de todos los actores. Si a esto se adiciona el Plan Fiscal (incluidas las medidas "Procrédito), debería la economía doméstica responder a estos impulsos fiscales. Aunque la posición fiscal estará debilitada el presente año, no está en riesgo el financiamiento del déficit presupuestario. Habría más bien "ruido" en las tasas relevantes para las inversiones de largo plazo que tienen que ver con la curva de rendimiento y como esta siendo afectada por el emisor fiscal.

 
    A su vez las cifras de desempleo han reflejado ya la magnitud de la desaceleración global y local, aunque el Imacec de marzo evidencia un cambio en la velocidad de contracción. Ya Estados Unidos para definir recesión, no habla de una caída de la actividad en dos trimestres consecutivos desestacionalizados con caídas en producción industrial y aumento del desempleo, sino más bien se utiliza un concepto que se refiere a un conjunto de meses en que la actividad desestacionalizada declina consecutivamente (y todos los indicadores parciales) con aumentos significativos del desempleo. El Imacec de marzo de -0,7% rompió esta tendencia (aumentó 0,2% desestacionalizado respecto a febrero).

 
    A partir de abril, efectivamente las cifras de desempleo empeorarán, pero deberían moderar su tasa de incremento, en la medida que este fuerte impulso fiscal lubrique las empresas, la capacitación, el crédito a pymes y a las familias más pobres.
 

Publicado en el Diario Financiero