Francisco Castañeda
Economista Usach
El sistema educativo público en toda su escala presenta un cuadro
complejo: desde problemas de infraestructura, falta de herramientas e
instrumentos en la formación vocacional, hasta problemas de
financiamiento y de calidad académica entregada. Y por supuesto los
recursos de los contribuyentes requieren mecanismos de control claros.
Contribuir a la formación de capital humano de calidad es imperativo
para una economía que esta avanzando desde la explotación de recursos
naturales a una oferta más compleja y diversificada. Países asiáticos
crearon en el pasado mercados locales de tecnología e innovación con
una clara articulación de política industrial para promover el empleo y
el tejido empresarial PYME. Las políticas públicas deberían moldear el
paisaje económico de acuerdo a las necesidades de desarrollo de las
regiones, incentivando la acumulación de capital humano avanzado e
inclusivo socialmente. Por tanto, una reforma tributaria para dotar de
más recursos a la Educación tiene una implicancia ética profunda, que
develaría una clara estrategia de desarrollo país.
Publicado en el Diario Financiero, La Tercera y Estrategia