El Director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas, expuso el martes 16 de abril, junto a Rafael Urreola de la Fundación Chile 21, ante la comisión asesora presidencial.
El Director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas, expuso el martes 16 de abril, junto a Rafael Urreola de la Fundación Chile 21, ante la comisión asesora presidencial.

La comisión, establecida el 13 de diciembre de 2012, está compuesta por académicos, representantes de ONGs y personalidades de la sociedad civil e integrada por Rodrigo Jordan de la Fundación para la Superación de la Pobreza, Benito Baranda de América Solidaria, Susana Tonda del Hogar de Cristo, Cristián del Campo de Un Techo para Chile, además de Osvaldo Larrañaga, Jorge Rodríguez de Cieplan, Claudio Sapelli de la Universidad Católica, Luis Larraín del Instituto Libertad y Desarrollo, Andrea Repetto de la Universidad Adolfo Ibañez y la subsecretaria de Evaluación Social, Soledad Arellano. La comisión deberá entregar una propuesta al Presidente a más tardar el 30 de abril.
Martner señaló ante la comisión asesora que la frontera de pobreza tiene componentes de definición necesariamente arbitrarios, especialmente respecto al múltiplo de los ingresos que cubren el costo del mínimo necesario para alimentarse. Este es de tres veces en el caso de Estados Unidos. En el caso de Chile, es de dos veces, diferenciándose además los hogares urbanos y rurales, pues se supone que estos últimos realizan una mayor producción doméstica que atenúa la pobreza, y realizándose una imputación por arriendo en el caso de los hogares con vivienda propia. En el caso del Banco Mundial, simplemente se toma una cifra aproximada para simplificar los cálculos internacionales comparativos de pobreza: uno o dos dólares de ingreso diario por habitante a paridad de poder adquisitivo (PPA) para definir la extrema pobreza y la pobreza respectivamente, actualizada a 1,25 dólares en las estimaciones recientes. A largo plazo el indicador de línea de pobreza absoluta, salvo cambios en la distribución del ingreso, tenderá a medir el incremento –o disminución- del ingreso nacional. De ahí que cada vez con mayor frecuencia se mida la pobreza en términos relativos a alguna posición media de ingresos, como es el caso de los servicios estadísticos de la Unión Europea y de la OCDE. Estas nuevas líneas de pobreza reposan en una concepción según la cual el pobre es aquel cuyo consumo cae bajo normas sociales y estándares de consumo que evolucionan en función del ingreso de la familia típica del sector medio de la sociedad. Una tasa de pobreza relativa es un indicador de desigualdad concentrado en la parte inferior de la distribución: mientras más débil es el nivel de vida de los más desfavorecidos en relación al del resto de la población, la tasa de pobreza relativa será más elevada. Un aumento homogéneo de los ingresos permitiría un retroceso de la pobreza absoluta, pero mantendría una estabilidad de la pobreza relativa. En un país en crecimiento, la pobreza relativa disminuye siempre menos rápidamente (o aumenta más rápidamente en el caso de un crecimiento desigual) que la pobreza absoluta. La línea de pobreza relativa se fija dividiendo por un coeficiente el nivel de vida mediano de la población. Este coeficiente, para subrayar su carácter de convención, se muestra en el caso europeo en niveles de 40%, 50%, 60% y 70% del ingreso mediano y se ajusta en una escala de equivalencia para los cónyuges y adultos de más de 14 años y más (0,5 unidades de equivalencia) y los niños miembros de cada familia (0,3 unidades de equivalencia). La OCDE utiliza el 50% de la mediana como línea de pobreza (aunque también calcula el 40 y el 60% de la misma), ajustando por la raíz cuadrada de los miembros de la familia adicionales al jefe de hogar. Martner concluyó que parece pertinente retener, además del criterio de pobreza absoluta, el criterio de línea de pobreza relativa de la OCDE (porcentaje de personas por debajo del 50% del ingreso mediano) como indicador sintético, más allá de la pobreza absoluta y sus arbitrariedades de medición y más acá de las mediciones de exclusión o pobreza multidimensional y su complejidad y amplitud de medición.