En su informe semanal el economista Guillermo Pattillo realiza un exhaustivo análisis del gasto del capital del Gobierno y su avance en los últimos meses del año.
En su informe semanal el economista Guillermo Pattillo realiza un exhaustivo análisis del gasto del capital del Gobierno y su avance en los últimos meses del año.
Al finalizar el tercer trimestre, la ejecución del presupuesto del gobierno central alcanza al 70,3% del gasto, nivel prácticamente igual al del año pasado a igual fecha, y 74,1% de los ingresos, 1,6 puntos porcentuales más que en 2014.
A juicio del economista y académico de la Facultad de Administración y Economía de la U. de Santiago, Guillermo Pattillo, la ejecución del gasto tiene un importante e ineficiente avance en los últimos meses del año. "Este comportamiento, claro indicador de incentivos incorrectos en el manejo de los presupuestos de las agencias estatales, no ha podido ser modificado a pesar de la conciencia que existe respecto a ello. Así, proyectamos que el gasto presupuestario del gobierno central alcanzará en 2015 al 101,6% de la ley aprobada", explica el economista.
Respecto de los ingresos, el académico proyecta que se ejecutará el 99,5% del nivel estipulado en el presupuesto aprobado por el Congreso.
"Mirada la situación en términos globales, la ejecución presupuestaria parece alineada con lo proyectado inicialmente. El gasto total al concluir el tercer trimestre está creciendo 8,9% respecto a 2014 y los ingresos 5,6%. No obstante, existen importantes diferencias al separar los gastos en corrientes y de capital", añade Pattillo.
El gasto corriente presupuestario, que corresponde al 80% del gasto total, crece a septiembre en 8,1% y alcanza una ejecución de 73,8%, casi equivalente a una ejecución lineal durante el año. El gasto de capital, en cambio, que acumulado hasta septiembre logra un crecimiento de 18,1% en la inversión y 8,7% en las transferencias de capital, en relación a igual periodo de 2014, solo ha conseguido ejecutar el 49,7% de la inversión y el 64,8% de las transferencias de capital. Estos niveles de ejecución son incluso menores a los conseguidos el año 2014 a igual fecha (52,5% y 75,2% respectivamente).
Sin duda, existe un problema importante en la ejecución del gasto de capital. Pero hay diferencias muy relevantes entre ministerios respecto de su capacidad de ejecutar eficientemente las inversiones que ellos mismos proyectaron y les fueron aprobadas en el presupuesto. El gasto de capital del gobierno central está concentrado en unos pocos ministerios: Interior y Seguridad Pública, Educación, Obras Públicas, Salud y Vivienda. Aun cuando ninguno presenta a septiembre una situación de ejecución que asegure que logrará lo presupuestado, los problemas mayores se concentran en dos de esos ministerios: Educación y Salud.
Como se ve del cuadro anterior, aun cuando las transferencias de capital son también complejas de gestionar para los servicios, el problema mayor ocurre con la línea "iniciativas de inversión". En el caso del Ministerio de Educación, el 35,4% del gasto de capital aprobado en el presupuesto corresponde a inversión y el 64,6% a transferencias de capital. En el Ministerio de Salud la situación es muy distinta: el 92,6% de su gasto de capital aprobado fue inversión y solo 7,4% transferencias de capital.
En el Ministerio de Educación por lejos el programa de más deficiente desempeño en inversión es la Junji, que ha ejecutado el 4,8% de un presupuesto aprobado de $220.231 millones. El programa de Infraestructura Educacional ha ejecutado el 10% de la inversión y el 28,7% de las transferencias de capital. Los restantes programas con transferencias de capital significativas son la Subsecretaría de Educación, que ha ejecutado el 51,1% de ellas, Recursos Educativos que lleva ejecutado el 30,3%, Fortalecimiento Educación Escolar Pública, con 43%, Educación Superior, con 17,8% y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 12,1%.
En el Ministerio de Salud la Subsecretaría de Redes ha ejecutado el 79,4% de las transferencias de capital, pero el programa Inversión Sectorial en Salud ha ejecutado cero de inversión y 25,3% de las transferencias de capital. Es relevante destacar que este programa tenía un presupuesto aprobado de $528.813 millones, el cual ha sido rebajado a $74.845 millones, pero aun así no logra avanzar. Por último, en los Servicios de Salud, con muy pocas excepciones, la situación es menos que mediocre en lo que a avance de la inversión se refiere.
Lo descrito es más que un problema de gestión. Es el resultado de un presupuesto mal construido y aprobado sin un análisis crítico efectivo. Desafortunadamente, ninguno de los responsables en la larga cadena que origina esto enfrentará costo alguno por errores tan importantes. No solo los potenciales usuarios de los servicios que esas inversiones no realizadas iban a producir no los tendrán, sino que todo lo que pudo hacerse con esos recursos en otros ámbitos del Estado2 tampoco ocurrirá.
En estos momentos en que se está a la mitad de la discusión en el Congreso respecto del proyecto de presupuesto para 2016, sería un avance relevante que los parlamentarios analizaran con detención, y lejos de sesgos políticos, las acciones que se les está proponiendo aprobar. La sociedad entera se beneficiará de un presupuesto aprobado que refleje realmente lo que se puede hacer.
En el plazo mediano, sin embargo, un proceso real de responsabilidad pública debiera ser establecido y los responsables en el Ejecutivo de una gestión tan deficiente como la que se observa en algunas áreas deberían enfrentar algún costo de su mala administración de los recursos que la sociedad les ha puesto a disposición.