El recién asumido economista jefe del Banco Santander, es ingeniero comercial de la Universidad de Santiago de Chile. Para él, el nuevo cargo que comienza a desarrollar en la institución financiera marca el inicio de una nueva etapa en su vida profesional donde dice: "todavía tengo mucho que aprender y aportar". Bravo dictará una charla el próximo miércoles 25 de mayo a las 8.00 Am en la sala 705 de la FAE.
El recién asumido economista jefe del Banco Santander, es ingeniero comercial de la Universidad de Santiago de Chile. Para él, el nuevo cargo que comienza a desarrollar en la institución financiera marca el inicio de una nueva etapa en su vida profesional donde dice: "todavía tengo mucho que aprender y aportar". Bravo dictará una charla el próximo miércoles 25 de mayo a las 8.00 Am en la sala 705 de la FAE.
Durante once años, los zapatos de Héctor Felipe Bravo recorrieron los brillantes, añosos e históricos pisos del Banco Central. Su llegada a ese lugar fue cuando era tan sólo un joven lleno de ideales y sueños y con mucha experiencia por adquirir. Fue en la Facultad de Administración y Economía de la USACH donde Héctor adquirió las redes que le permitieron llegar a trabajar a tan importante institución financiera. "Mi experiencia universitaria fue muy fructífera, me permitió crecer junto con la universidad y las redes que ahí obtuve me ayudaron a conseguir mi primer trabajo", cuenta el alto ejecutivo.
Han pasado 18 años desde que Héctor dejó las aulas de clases y comenzó su productiva vida laboral. En sus años en el Banco Central, Héctor además de realizar su práctica profesional, una vez titulado, trabajó como analista de la gerencia de análisis macroeconómico. Para él, la mayor fortaleza que le entregó la carrera, fue la parte cuantitativa y la teoría aplicada, la que le permitió diferenciarse rápidamente. "Mi brecha más significativa fue el idioma inglés, que tuve que suplir con años de estudio", agrega Bravo.
El desafío más importante que tuvo que enfrentar en su carrera profesional, fue dejar el Banco Central, para irse a trabajar al gobierno, al Ministerio de Hacienda, en condiciones laborales menos favorables. "Por pequeños o insignificantes que parezcan, todos los desafíos son importantes, pues uno nunca sabe las consecuencias de las decisiones", afirma.
En el año 2012, Héctor entró a trabajar al Banco Santander en la Unidad de Políticas Públicas. En ese lugar debía analizar las distintas regulaciones y leyes que estaban afectando al negocio y a los clientes. El objetivo era representar la visión del banco de manera de contribuir a mejores regulaciones. "A los nueve meses me tocó asumir como responsable de la Unidad de Estudios Macroeconómicos del banco, y con ello mi rol en la organización creció", señala. A esto agrega que "el haber sido nombrado economista jefe, sin duda es parte del proceso natural de mi vida laboral y acá en Santander. Pero más que marcar la culminación de la rama laboral que elegí cuando recién entre a la universidad, marca el inicio de una nueva etapa en mi vida profesional donde todavía tengo mucho que aprender y aportar", sentencia Bravo.
Facultad de antaño
Su paso por la Facultad de Administración y Economía de la USACH es definido por Héctor como una época muy interesante y de decisiones importantes, ya que recién al final del primer semestre tuvo que elegir la mención entre administración y economía.
"Académicamente, siempre me gustó compartir conocimiento, porque era una buena forma de aprender y de generar relaciones colaborativas. A nivel universitario, fui un espectador de todas la movilizaciones estudiantiles que hubo, y que fueron muchas, y pese a que no participé directamente siempre me preocupé de manifestar una postura que buscará la sostenibilidad de la universidad y a la vez beneficiará a un mayor número de alumnos y de forma permanente", cuenta.
El mayor desafío de Héctor Felipe al entrar a estudiar Ingeniería Comercial fue disfrutar cada una de las asignaturas y tratar de aprovechar al máximo los contenidos. "Yo soy un convencido de que así se hacen las cosas más fáciles. Esto no era fácil, porque había una gran cantidad de asignaturas que eran aburridas y a las que no les encontraba un motivo aparente, pero luego, paradójicamente, durante mi vida laboral han sido las que más me han ayudado a enfrentar los problemas cotidianos", dice.
Una de las conclusiones que saca de la experiencia de haber estudiado ingeniería comercial es que el haber egresado de la Universidad de Santiago le permitió recibir diversos conceptos que le dejaron en igualdad de condiciones que otros profesionales de otras universidades. "También me permitió diferenciarme, pues uno de los mayores atributos de la universidad es su diversidad y en el mundo laboral eso es lo que más abunda. El haber tomado asignaturas en otras facultades como industrias, sin duda me ayudó en el plano personal", finaliza el economista jefe del Santander.