Luego de conocerse el leve alza de 1,6% del PIB en 2016, el especialista en proyecciones macroeconómicas del Departamento de Economía de la Facultad de Administración y Economía, Dr. Víctor Salas, asegura que si el Estado no reactiva las confianzas y reimpulsa el crecimiento para este año, "las perspectivas negativas de los agentes económicos se desatarán con mucha fuerza". Asimismo, recalca que al crecer "a tasas decrecientes, en 2017 podemos llegar hasta el 1%".
Luego de conocerse el leve alza de 1,6% del PIB en 2016, el especialista en proyecciones macroeconómicas del Departamento de Economía de la Facultad de Administración y Economía, Dr. Víctor Salas, asegura que si el Estado no reactiva las confianzas y reimpulsa el crecimiento para este año, "las perspectivas negativas de los agentes económicos se desatarán con mucha fuerza". Asimismo, recalca que al crecer "a tasas decrecientes, en 2017 podemos llegar hasta el 1%".
Tras conocerse el crecimiento de 1,6% que registró la actividad económica del país en 2016, el economista de la FAE USACH, Víctor Salas, sostiene que las cifras son pésimas puesto que "corresponden a lo que efectivamente nos estuvo pasando durante todo el año pasado, ya que terminamos en un proceso de mayor desaceleración del crecimiento de la economía".
Asimismo, el académico advierte que de no tomarse medidas de crecimiento efectivas, este año puede mostrar un escenario de "verdadera catástrofe". "Van a tener mucho que ver las acciones que el Estado realice para hacer volver algunas de las confianzas, por un lado, e impulsar el crecimiento por otro. Pero si no hay medidas de crecimiento efectivas, vamos a terminar con un proceso de crecimiento similar al año pasado, y en ese escenario, las perspectivas negativas de los agentes económicos se van a desatar con más fuerza, y vamos a estar en una verdadera catástrofe de crecimiento", asegura.
En ese contexto, Víctor Salas recalca que si el Estado no desata algunas dinámicas productivas empresariales que logren capturar elementos positivos en el sector privado, "sin ninguna duda vamos a seguir creciendo tal como lo estamos haciendo, en un proceso que a todo el mundo parece de alguna manera satisfacerlo porque nadie toma decisiones duras. Si seguimos creciendo a tasas decrecientes, podemos llegar hasta el 1% y continuar hacia abajo después".
Del mismo modo, el economista insiste que "es una verdadera catástrofe acostumbrarnos a crecer demasiado poco sin hacer ningún esfuerzo".
Caída en la inversión
Al mismo tiempo, y respecto a la caída en la inversión de 0,8%, Víctor Salas, recuerda que la decisión de comprar bienes de capital en el sector privado ha ido cayendo permanentemente en los últimos tres años.
"Es complicado que la inversión no tenga un envión que permita retomar una senda de crecimiento mucho más potente, sin duda. Y en el mejor de los casos, la inversión va a mantenerse en los signos negativos, y eso significa menos capital anualmente para la economía", enfatiza.
En cuanto a las medidas que espera aplique el Estado para reactivar la economía, el economista plantea que "vale la pena recordar que el presupuesto de este año va a crecer un 2,9% y la inversión directa que el estado va a hacer, se va a incrementar en un 2,7%, eso es una pésima señal".
A su vez, explica que no se trata de hacer "un aumento exagerado del gasto corriente. Debería haber un impulso más que un proceso de aumento de gasto permanente. Estos gastos de inversión normalmente en infraestructura, en equipamiento, en cosas de ese tipo, son de una sola vez, y obviamente tienen efectos en la medida que además se van acompañando con otras medidas respecto de cómo se van abordando los procesos sociales y políticos que tenemos en marcha".
"Y eso también ha sido parte de las decisiones que han afectado las expectativas empresariales y del sector de los consumidores, principalmente", agrega.
Finalmente, Víctor Salas puntualiza que también hay otros factores que están afectando la decisión de los empresarios de ir por un nuevo negocio.
"Y tienen que ver más bien con estas dimensiones políticas que están asociadas con la reforma tributaria, con la reforma laboral, con la reforma constitucional -esta última en perspectiva-, que hacen que los empresarios mantengan una postura, mirando que no les cambien las reglas del juego, como dicen ellos, y obviamente en esa espera dejan pasar los negocios", concluye.
Por U. de Santiago al Día