El académico José Gabriel Palma, publicó en el diario electrónico El Mostrador, una columna de opinión titulada "Una McIdeología para una McOligarquía", en la que analiza las fuerzas ideológicas de los conglomerados en competencia y los ciudadanos del país.
El académico José Gabriel Palma, publicó en el diario electrónico El Mostrador, una columna de opinión titulada "Una McIdeología para una McOligarquía", en la que analiza las fuerzas ideológicas de los conglomerados en competencia y los ciudadanos del país.
El Dr. José Gabriel Palma, académico de la Facultad de Administración y Economía de la USACH y de la U. de Cambridge, analiza, en su tradicional columna en el diario electrónico El Mostrador, el panorama eleccionario en Chile.
"Ya estamos a aun paso de las elecciones y el panorama es desolador. Una derecha a punto de recuperar lo que cree le pertenece (el poder absoluto); una centro-izquierda cuya única fuerza ideológica es la inercia; y un Frente que aún no logra encender los corazones de suficientes indecisos. La economía, por su parte, continúa a paso de tortuga, salvo burbujas financieras insubstanciales impulsadas por la 'confianza' que genera entre especuladores y rentistas el posible retorno del Jedi", indica el académico al iniciar su columna de opinión.
El creador del Plama Ratio, prosigue señalando que mientras tanto, ninguna idea sustantiva proveniente del duopolio que ha manejado la política del país desde el retorno a la democracia; se promete más de lo mismo, ojala mejor. "Y si a alguien, sin querer, se le "cuela" alguna idea interesante, como aquella del programa económico de Guillier relacionada con la necesidad de un tipo de cambio relativamente estable y competitivo para poder diversificar la economía − dado nuestro ingreso por habitante, una de las menos diversificadas del mundo − se tiene que pedir disculpas a las deidades de la inercia por tamaña temeridad. El programa económico del Frente, en cambio, abre horizontes", puntualiza Palma.
A su juicio, mientras más desgano e insustancialidad estructural, más trabajo tiene la ideología hegemónica chatarra que guía nuestro país para racionalizar todo − seamos diplomáticos, llamémosla la McIdiología reinante. "Por ejemplo, ¿cómo seguir justificando la creciente mediocridad del duopolio y lo que representa? ¿Cómo seguir convenciendo que nuestros problemas económicos se deben en lo fundamental a las reformas que intentó este gobierno? Reformas que supuestamente pecaban más por cantidad (demasiadas) que por calidad (mal diseñadas). Aquí el mensaje implícito de la derecha (y de muchos dentro del gobierno) es muy claro: ojalá el segundo gobierno de Bachelet hubiese sido como el primero; donde no se hizo nada, pero se hizo tan bien", dice el académico FAE.
En su análisis, Palma destaca que esta vez, al menos, sí se hizo mucho en otras áreas, como en las relacionadas con los derechos reproductivos y la diversidad sexual. "Parece que la inquisición criolla es más efectiva en su oposición a cosas que le tocan el bolsillo que a las que les afectan su conciencia. También se avanzó con lo del medioambiente y la gratuidad educacional. Difícil entender porqué hubo energía para estas materias, pero no para las que podía modificar lo añejo y distorsionador del 'modelo'", concluye.
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