En una columna publicada por el portal CIPER (Centro de Investigación Periodística), el economista, quien también es académico de la Facultad de Economía y la U. de Cambridge, Dr. José Gabriel Palma, se refiere a la oferta electoral y analiza los actores políticos y los desafíos que tiene el Frente Amplio en el nuevo escenario político.
En una columna publicada por el portal CIPER (Centro de Investigación Periodística), el economista, quien también es académico de la Facultad de Economía y la U. de Cambridge, Dr. José Gabriel Palma, se refiere a la oferta electoral y analiza los actores políticos y los desafíos que tiene el Frente Amplio en el nuevo escenario político.
Con el título "El desafío del FA: entusiasmar a quienes tienen una familia y una oligarquía que mantener", el economista y académico de la FAE USACH y de la U. de Cambridge, Dr. José Gabriel Palma, analiza la posible interrelación entre la baja participación electoral y la votación del Frente Amplio (FA), entre todas las interrogantes que arrojó la primera vuelta presidencial.
Palma afirma que la oferta electoral de esta elección fue más bien variada en apariencia, pues dominó la misma dicotomía que ha caracterizado la política desde el retorno a la democracia: "eficiencia económica" versus "derechos sociales" y medioambiente. "La derecha se presenta como la única capaz de generar lo primero, la centro-izquierda y ahora el Frente Amplio, como los únicos interesados en lo segundo", señala, explicando por qué esa disyuntiva es artificial y la relaciona con la gran abstención. Sugiere además, que el éxito del proyecto histórico del Frente Amplio, no dependerá de su capacidad para radicalizarla sino para superarla, pues para romper el statu quo hay que pensar la dinámica del crecimiento, equidad y medio-ambiente desde sus sinergias y no sus contradicciones.
La columna de Palma continúa indicando que si bien ya nadie espera que vote siquiera la mitad de los inscritos, incluso en una elección presidencial (por aburrida que fuese la oferta del duopolio tradicional), no debe dejar de sorprender lo bajo de dicha participación: apenas un 47%. "Alguien ya podría ser presidente, y uno en primera vuelta, con un apoyo de menos de una de cada cuatro personas inscritas en el Registro Electoral. Incluso, el triunfalismo de Sebastián Piñera (supuestamente confirmado por las encuestas) podría haber movilizado mejor al electorado de derecha, el cual tanto por las controversias de este gobierno, como por el surgimiento del Frente Amplio, podría haber estado motivado electoralmente (o, quizás, la derecha tradicional, como proporción del total de electores, ya no es más que los que fueron a votar)", agrega el texto.
"En fin, ya no puede quedar más claro que para al menos la mitad de la población, la política sigue siendo tan aburrida como el fútbol después de que nos eliminaron del Mundial (aunque por aburrida que pueda ser esta elección, la primera hora del conteo de votos fue quizás la más entretenida desde el plebiscito)".
En cuanto a la votación del Frente Amplio, Palma indica que si bien su alto nivel fue sorprendente debido a las encuestas, le sorprendió el poco impacto que tuvo en la participación electoral. "Básicamente, lo que en realidad ocurrió fue más bien un reordenamiento en las preferencias dentro de la misma mitad de la población (ni siquiera mitad) que aún vota", escribe el académico.
Por supuesto que, desde la perspectiva de lo que indicaban las encuestas, por ser una alternativa nueva y aparentemente radical (en un país que por tanto tiempo ha sido intrínsecamente conservador), por su sesgo generacional (en un país donde ya mucho de la política parecía consejo de ancianos), la votación del Frente Amplio se ha interpretado correctamente como inesperadamente alta. Sin embargo, de no haber sido por el sesgo de las encuestas, existía la posibilidad de que la irrupción del Frente Amplio pudiese haber sido una fuerte inyección de energía en la campaña, y en la cansada política chilena, lo cual podría haber llevado a una mayor participación electoral en todos los sectores. "El Frente Amplio no solo transformaba la oferta electoral desde una mínima gama de alternativas, sino que también generaba tanto adhesión como rechazo. Ya sea para apoyarlos o resistirlos, era perfectamente razonable esperar que la irrupción del Frente Amplio pudiera haberse traducido en una mayor participación ciudadana. No fue así. Por eso, creo que cuando se componga el cuerpo después de las merecidas celebraciones de la primera vuelta, los del Frente Amplio deberían reflexionar sobre esto y esta columna trata de aportar en esa dirección.
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