El economista e investigador de la Facultad de Administración y Economía de la USACH, Dr. José Gabriel Palma, publicó una nueva columna de opinión en el Centro de Investigación Periodística (CIPER), en la que detalla cómo el acuerdo beneficiará a las grandes multinacionales al sellar el "inmovilismo" del modelo económico, además de afectar gravemente la soberanía de los países suscriptores.
El economista e investigador de la Facultad de Administración y Economía de la USACH, Dr. José Gabriel Palma, publicó una nueva columna de opinión en el Centro de Investigación Periodística (CIPER), en la que detalla cómo el acuerdo beneficiará a las grandes multinacionales al sellar el "inmovilismo" del modelo económico, además de afectar gravemente la soberanía de los países suscriptores.
El investigador y académico de la Facultad de Administración y Economía de la USACH, Dr. José Gabriel Palma, escribió en su nueva una columna de opinión en Ciper Chile, titulada "El TPP-11, el gobierno saliente y la "utopía-invertida" , en la que se refiere a cómo el gobierno de Michelle Bachelet se cierra con la firma del controversial Tratado Transpacífico (TPP-11), un acuerdo (supuestamente sólo) comercial entre once países que se manejó bajo reserva hasta pocos días antes de su ratificación.
En esta columna, el también economista de la U. de Cambridge, detalla cómo el acuerdo beneficiará fundamentalmente a las grandes multinacionales al sellar el "inmovilismo" del modelo económico actual, además de afectar gravemente la soberanía de los países suscriptores.
"Si ahora Chile decide subir el salario mínimo, legislar sobre protección ambiental, o implementar controles de capital (incluso como los del tipo Ffrench Davis-Zahler, implementados con tanto éxito en nuestro país en los '90, que hasta el Fondo Monetario Internacional dijo que eran el ejemplo a seguir en los países en desarrollo), las multinacionales podrán apelar a cortes supranacionales para anular las nuevas normas o pedir compensaciones de no encontrarlas "razonables". Por absurdo que parezca, por un tratado similar, otro gobierno ya tuvo que compensar a las multinacionales por haber subido el salario mínimo más allá de lo que éstas consideraban "razonable", explica Palma.
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