Francisco Castañeda
Economista USACH
 
La Concertación en los años 90 se apropió del concepto de la economía de mercado que había instaurado el gobierno militar: hizo suyo el discurso pro-empresarial de la centro-derecha. A esto la coalición gobernante le adicionó crecientes dosis de protección social, las que son maximizadas en el cuatrienio de Bachelet. Esto se debe al alto precio del cobre y a la valentía política de ahorrar recursos para financiar en el largo plazo parte de esta protección social (léase "Pensión Básica Universal"). La oposición en un comienzo se resiste a este nuevo paradigma, argumentando que desincentivará el ahorro, disminuirá la inversión y sobre todo fomentará la flojera (sic).
Que un sector político gane una elección lo explican múltiples factores, pero que duda cabe que los acomodos en los discursos de ambos bloques nos entregan pistas respecto a los eventos futuros. Piñera y su bloque han logrado crear el concepto de que la protección social es un "commodity político", un activo país que debe ser mantenido y profundizado, independiente del bloque político vencedor: la vieja estrategia de "amar al enemigo" es empleada legítimamente por este sector. Ciertamente la oposición le disputa el discurso a la Concertación (lo mismo que esta hizo con la centro-derecha en los años 90) en cuanto a mantener las dosis de bienestar social, y organizarlas dentro de una visión eficiente de la economía (léase "dinámica, 1 millón de empleos", etc). Por su parte la Concertación desestima en el discurso lo que valió ser exitosa en los 90: subvalúa el rol del mercado, de la empresa privada y la iniciativa de emprender; y maximiza el rol del Estado en su actual propuesta. ¿Pero donde estan los votantes marginales, quienes deciden la elección?. La Concertación falló en asentar un discurso (no así en los hechos) en que se puede ser orgullosamente pro-empresa (léase "creer en la responsabilidad individual) con nítidos énfasis sociales hacia los sectores más vulnerables. Quedarse entrampados en el discurso clásico de "ricos contra pobres" lo ha aprovechado hábilmente Piñera. Veremos si en la segunda vuelta Piñera es capaz de convencer definitivamente al electorado de este cambio hacia la protección social bacheletiana. En cualquier caso: si el año 90 vencieron las ideas de la centroderecha (aunque perdieron electoralmente), en esta ocasión ya venció el paradigma social de la Concertación. Esperemos eso sí a ver si este nuevo paradigma es capaz de ser profundizado por la coalición vencedora.
 
Publicado en La Segunda y Estrategia