Querer
financiar gasto fiscal con impuestos genera la tradicional discusión de
qué impuesto se va a afectar, porque los impuestos son la retribución
que hacen los particulares al Estado por el rol que desempeñan.
Por
lo tanto, todos nosotros contribuimos al rol del Estado con nuestros
impuestos. En Chile se aplica el criterio de la capacidad de pago para
determinar la carga fiscal. Sin embargo, hay impuestos que afectan al
consumo y otros que afectan a la renta.
Hay
tributos que son personales e impuestos que son reales. Los impuestos
personales consideran el patrimonio de los contribuyentes, por lo tanto
se respeta más la equidad vertical: quienes tienen más renta pagan más
impuestos, quienes tienen menos renta pagan menos impuestos.
Pero
los impuestos gravan el consumo son los impuestos reales, que afectan a
las operaciones sin considerar a las personas. Por lo tanto un impuesto
real al consumo atenta contra la equidad vertical y, teóricamente se
dicen, son más imperfectos desde un punto de vista de la equidad porque
los pobres pagan en igual forma que los ricos.
Pese
a que en Chile existe la capacidad de pago, como ya dije, es necesario
establecer cuáles van a ser los impuestos que se van a aumentar para
financiar este mayor gasto que implica la reconstrucción tras el
terremoto. ¿Van a ser impuestos a la renta o van a ser impuestos al
consumo?
El
impuesto al consumo más eficiente es el IVA, que recauda
aproximadamente el 50 por ciento de todos los ingresos fiscales. Si
aumentan el IVA, ricos y pobres van a ver afectada su carga tributaria.
Si aumentan el Impuesto Global Complementario, que afecta a las
personas naturales y que es un impuesto a la renta, se daría una mayor
justicia porque se tributaría de acuerdo a la capacidad de pago de los
contribuyentes.
Por lo tanto, la discusión de decir abiertamente vamos a subir los impuestos estriba en saber qué impuestos vamos a subir.
Independientemente
de lo que suceda, va a generar en este caso a los contribuyentes
empresas una mayor recaudación, las empresas se van a enfrentar a una
mayor carga tributaria y –pensemos mal- van a ocupar herramientas para
disminuir su carga tributaria. Tienen mayor infraestructura y
especialistas que pueden aprovechar algún tipo de situaciones.
En
cambio, las personas naturales, no están en condiciones de poder
planificar su carga tributaria. Si se aumenta el Impuesto Único al
Trabajo, se respeta la equidad vertical, pero no hay espacio para
evitar el incremento impositivo.
Financiar
el mayor gasto con impuestos implica que si es para beneficio de todos,
será un esfuerzo que todos haremos. ¿A quién se le va a pedir mayor o
menos esfuerzo?
Según
ha trascendido, se piensa incrementar el impuesto a las empresas. Este
impuesto no existe. Lo que sí existe es el de Primera Categoría que
grava a transacciones que son realizadas personas naturales y
jurídicas, consistiendo en rentas derivadas de la explotación de bienes
raíces, capitales mobiliarios, comercio, industria, actividades
extractivas de recursos naturales, publicidad y otras claramente
establecidas en
Una
última reflexión. Si es el impuesto a la renta de Primera Categoría el
que se incrementará, su recaudación se realizará en abril del año 2011
siendo un periodo muy lejano para la percepción por el Fisco. En cambio
el IVA perfectamente puede recibirse a contar del mes siguiente de
aquel en que se publicó la ley que eleva la tasa de este tributo.
Es
por ello, en consideración de todo lo manifestado que señala que se
recaudarán mayores ingresos utilizando la herramienta tributaria de
nuestro país, es un arma de muchos filos, de los cuales hay que tener
cuidado porque siempre habrá un sector que se verá afectado por esta
política.