Francisco Castañeda, economista Usach 

Ya tímidamente el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, esboza la necesidad de ajustes tributarios para financiar la reconstrucción. Es obvio que la magnitud de la catástrofe supera con creces el mix "reasignación-donaciones-fondos soberanos-deuda". Los ajustes tributarios no deberían descansar sólo sobre los denominados impuestos específicos (cigarros, combustibles, alcohol) e IVA (indirectos de tipo regresivo), sino que debe plantearse que las empresas con determinados volúmenes de ventas anuales (grandes empresas) aumenten su pago de impuestos. Esto debería reducir sólo su tasa de ganancias y por ende no se afectaría el empleo. 

También debería incrementarse el denominado royalty de las mineras privadas (renta pagada al Estado por un recurso natural no-renovable). Si bien ha crecido la tributación de las mineras privadas, el precio del cobre se mantiene en niveles más que suficientes para asegurar una alta tasa de rentabilidad. Respecto del royalty, el ministro de Minería planteó que su modificación "no está en el programa de gobierno" (quisiera recordar que lo que señaló el ministro de Hacienda tampoco está en el programa de gobierno: ajustes tributarios). 

Cuando miles de compatriotas duermen a la intemperie, cuando los problemas de agua y epidemiología se vuelven gravísimos, cuando el año escolar no tiene recintos adecuados, cuando en las regiones del Maule y del Biobío han quedado en el suelo gran parte de las economías y comercio locales, y ciertamente se ha interrumpido el circuito productivo, una alternativa real y responsable es el ajuste tributario. El Presidente no podría bajar las expectativas a los ciudadanos afectados. 

Publicado en Diario Financiero, Estrategia, La Tercera y La Nación.