En los últimos días los mercados financieros han tenido fuertes oscilaciones, ligadas a la compleja situación financiera por la que atraviesa Grecia. El centro del problema de ese país es su abultado déficit fiscal, que ha generado una deuda pública que hoy las autoridades no pueden servir. Los mercados han temido, por lo tanto, que se produzca una cesación de pagos. Estos recelos han tenido una inmediata respuesta: los "credit-default swaps" (un derivado que actúa como seguro) subieron 9,3% sólo entre el martes y ayer (asegurar contra no pago por cinco años US$10 millones de deuda pública griega pasó de costar US$824 mil el martes a US$901 mil ayer). Asimismo, el retorno en los bonos a dos años de ese país subió a 13,5% al poner S&P esta deuda en la calificación de "bonos basura".
Pero Grecia es una economía pequeña en el contexto global, ¿por qué entonces puede tener un impacto relevante en los mercados internacionales? Esencialmente por el riesgo de contagio. La verdad, los mercados están más preocupados hoy por Portugal e Irlanda (y también por España e Italia) que por Grecia. Esos dos países tienen problemas fiscales parecidos a los griegos y han sido golpeados aún más fuerte; asegurarse contra riesgo de no pago en la deuda es hoy 13,5% más caro para el caso de Portugal y 10,9% en el caso de Irlanda. Es este riesgo de difusión de la crisis lo que ha movido al FMI y a las economías más relevantes de la Zona Euro a diseñar un paquete de ayuda a Grecia. Pero estos paquetes de ayuda tienen la capacidad de generar "riesgo moral"; esto es, que otras economías podrían ser poco precavidas ya que saben que en caso límite serán salvadas.
Publicado en Estrategia.