Por mucho tiempo ha sido prácticamente consenso en los mercados internacionales que la moneda de China, el Yuan, estaba siendo mantenido artificialmente bajo respecto de otras monedas; en particular el dólar. Desde mediados de 2008 las autoridades monetarias mantuvieron el tipo de cambio del yuan prácticamente fijo en 6,83 por dólar. Sin embargo, el 19 de junio pasado el Banco anunció que daría un mayor rol a las fuerzas de mercado en la determinación del precio de la moneda, lo que básicamente significa que podrá fluctuar algo más (dentro de la banda prefijada de 0,5% respecto de un valor central determinado por el Banco).

 

El lunes de esta semana el yuan se apreció 0,4% respecto del dólar, logrando su valor más alto desde julio de 2008. Al mismo tiempo, los mercados financieros reaccionaron con importantes alzas y los derivados financieros de monedas se transaron con una expectativa implícita de apreciación de 2,7% en doce meses. Parte de esto se revirtió en los dos días siguientes. En general, se ha observado una corriente de optimismo quizás algo exagerado. Es cierto que las autoridades chinas permitirán una cierta apreciación de su moneda, pero ella será moderada y evolucionará gradualmente.

 

La noticia es, de todas formas, positiva para la economía mundial. Implica que el mercado tendrá un mayor rol (aunque no está claro cuánto) en la determinación de los tipos de cambio y, por lo tanto, es posible esperar un avance (aunque marginal) en la dirección correcta. El momento del anuncio está determinado por la reunión del G20 en Toronto el próximo fin de semana. Aun cuando no es posible anticipar la apreciación que en el mediano plazo tendrá la moneda china, sin duda que un yuan más fuerte implica que ese país reduce su cuenta por importación de commodities expresadas en dólares, y al aumentar el poder adquisitivo de su gente, aumenta su demanda por bienes importados. Para nosotros implica un encarecimiento de los bienes que traemos desde ese país, por lo que existe un efecto marginal al alza de los precios internos.

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