Casen y Economía Humana
Francisco Castañeda
Académico Universidad de Santiago de Chile
"Las recientes cifras de la Encuestan CASEN siguen revelando las complejidades que envuelve el mercado del trabajo. Es cierto que se deben flexibilizar normativas laborales, para hacer este factor más variable y ajustarlo a las necesidades de las empresas. Pero hay aún muchas sombras. En los resultados, es positivo el incremento en la tasa de participación de las mujeres (aún baja respecto a estándares latinoamericanos) la cual de alcanzar las tasas de participación masculina, mitigaría en parte la desigual distribución del ingreso. Aunque la mujer ha reducido su brecha salarial con los hombres, las diferencias por años de escolaridad se hacen injustas para ellas. También el quintil más pobre lidera la tasa de de desempleo nacional (sobre el 40%). Pero en un contexto donde el mercado del capital humano es crecientemente costoso (es prohibitivo financiar educación superior para los jóvenes hijos de familias pobres), es posible que se reproduzcan y mantengan estas precariedades. El hecho de que la tasa de desocupación de jóvenes entre 15 y 24 años alcance al 40% es una pésima señal; no en si por la magnitud del ratio. Es una mala señal en el sentido de que esos jóvenes, probablemente de escasos recursos no están estudiando en la educación superior (ya sea educación técnica o universitaria) y sólo pasan a ser desempleados. Una sociedad que aspira a crecer en el largo plazo, debe ser capaz de brindar oportunidades educacionales sin distinción. Profundización del sistema de becas del Estado para llegar a estos nichos de pobreza más dura, ampliación de la cobertura estatal del credito universitario, así como la clara convicción de la sociedad que la acumulación del capital humano, permitirán tener una sociedad menos desigual y más meritocrática. Y en el corto plazo, urge inexorablemente mejorar la calidad de la educación pública primaria."
Artículo publicado en el Diario Financiero