La importancia de entender las Políticas Públicas en su amplia dimensión

Germán Sanhueza Muñoz
Académico, Depto. Gestión y Políticas Públicas
Universidad de Santiago de Chile

Desde ya hace ocho meses, los habitantes de Santiago, la capital de Chile, estamos viviendo una situación de incredulidad y cierto nivel de desconfianza con la puesta en marcha del Plan Transantiago de Transporte urbano. Hemos sido testigos desde inicios del mes de febrero de 2007, de lo traumático que ha sido el inicio de este nuevo instrumento de política pública, que fue diseñado justamente para mejorar las condiciones de transporte público de la capital y que  contribuyera en forma directa al desarrollo actual de nuestro país.

A las personas y grupos de investigación que se dedican a estudiar y analizar políticas públicas, se los ha llamado y entrevistado para dar una opinión acerca de este nuevo plan, y en su calidad de analistas en la materia, se les consulta si los errores están en el diseño, el análisis de las variables intervinientes o en su incorrecta implementación. Pues bien, las respuestas son diversas y se ajustan a criterios bastante razonables de análisis.

Sin embargo, la reflexión que me interesa plantear, para abrir un espacio de discusión, es ¿Qué se entiende realmente por política pública? ¿Cuáles son los elementos conceptuales e instrumentales que permiten apoyar a que una política pública logre sus fines y propósitos?

En este sentido, en una primera aproximación a la primera interrogante, se debe decir que una política pública es una directriz general de acción que lleva a cabo un gobierno y el conjunto de instituciones de un Estado, y que busca solucionar problemáticas de alto interés público.

Considerando esta conceptualización muy básica, el primer elemento clave es que se debe dimensionar con la mayor precisión posible,  todas las aristas de la problemática a analizar y entenderla desde distintas dimensiones, que por definición son complejas, y que engloban aspectos políticos, culturales, económicos, sociales y tecnológicos.

 
En el caso específico del Plan Transantiago debieron haber participado e intervenido en la etapa de diseño y análisis de la problemática, un espectro muy amplio de profesionales y expertos. Es así, como se hubiera enriquecido de gran forma la discusión inicial, si se hubiera considerando la opinión de Sociólogos, Antropólogos, Administradores Públicos, Cientistas Políticos, Economistas, Urbanistas, Ingenieros, y la más amplia variedad de profesionales que le hubieran dado una mirada muy integral y con alto valor agregado a la problemática a solucionar, sin dejar de considerar a representantes de los sectores sociales y productivos que a diario se relacionan con el sistema de transporte urbano, y en definitiva son los que juzgan y evalúan en forma directa los resultados de la instrumentalización de las políticas públicas, es decir su verdadero nivel de efectividad.

Pareciera ser que uno de los principales pecados en los cuáles se ven tentados los Gobiernos y quienes toman las grandes decisiones de un país, es pensar que el diagnóstico de una problemática y el análisis de su solución, se puede resolver con un levantamiento amplio y exhaustivo de datos, un correcto análisis costo-beneficio, costo-eficiencia y costo-efectividad, algunas regresiones lineales, simulaciones, y una correcta presupuestación de ingresos y gastos de operación.

Ciertamente que estos elementos de análisis son un aspecto importante en el proceso de implementación de una política pública, pero en conjunto a una serie de otros elementos tan o más complejos. Por ejemplo, en este caso específico, definir correctamente la estrategia para conducir a la instauración de una nueva cultura organizacional del ciudadano de santiago en lo que respecta a su vinculación con la urbe y su sistema de transporte.

Contestando la segunda pregunta, para que una política pública pueda lograr sus fines y propósitos, es muy necesario entender en toda su magnitud el eje de la problemática que se quiere abordar, identificar y analizar a todos y cada uno de los actores insertos en la política, y utilizar adecuada y ponderadamente según su importancia relativa, los criterios más pertinentes para obtener una solución integral, que sea susceptible de ser implementada y evaluada salvaguardando el principio de oportunidad en el proceso de toma de decisiones.

Un principio básico de un instrumento de política pública correctamente diseñado e implementado, es que sea viable, es decir que tanto política como técnicamente se pueda hacer y sobretodo mantener, logrando efectos concretos, duraderos y que sean percibidos por el núcleo que conforma la estructura social de un país.

En virtud de lo anteriormente planteado, es necesario apoyar al continuo mejoramiento del nuevo plan de transporte urbano y aportar desde cada una de las tribunas de opinión, un pequeño grano de arena a mantener amplios espacios de discusión. Un primer paso muy cercano, sería por ejemplo, cuando se vaya a utilizar el Metro de Santiago acordarse de que se debe ¡Dejar bajar antes de subir!