Francisco Castañeda
Economista Usach
 

Una economía pequeña como la chilena, requiere un tipo de cambio real alto para el desarrollo de su economía. Exceptuando el cobre, Chile exporta aproximadamente un 19% de su PIB. Estas tienen asociadas inversiones de largo plazo, empleos, y una corriente de pequeñas innovaciones que han contribuido a la extensión del empleo y a la calidad de este, incluso en los sectores de recursos naturales. El "upgrade industrial" de los recursos naturales en la economía chilena se ha ido produciendo, aunque la participación de empresas PYMEs en las cadenas exportadoras locales sea disímil, y ocurra a través de una variedad de contratos y subcontratos con grandes poderes exportadores. Contratos en los que el riesgo es traspasado a empresas más pequeñas (existe evidencia en el sector frutícola y otros sectores). El upgrade industrial del sector exportador Chileno debe considerar el uso de instrumentos del Estado orientados principalmente a empresas pequeñas y medianas (operando en estas cadenas globales de producción) y considerarlas explícitamente en las definiciones de Clusters. Así estos recursos no serían capturados principalmente por grandes empresas, necesarias y vitales para la existencia de estos Clusters, pero con alto poder monopsónico. De esta forma una política industrial vertical (estimulando afirmativamente determinados sectores productivos, intensivos en empleo) que abarque más allá de las típicas fallas de mercado (como el racionamiento de crédito), parece ser una condición necesaria para obtener un desarrollo más equilibrado de las regiones en cuanto a empleo y calidad de vida.
 

Ciertamente un dólar más alto (y tipo de cambio real más alto) es una condición necesaria para agregar valor en el sector exportador y así apropiar las rentas del riesgo de la inversión, y además permitiría generar empleo de calidad y de más largo plazo.
 

Pero el B.Central no podría intervenir el mercado del dólar para generar tal resultado. Volver a cometer el error del año 2008 puede traer como consecuencia nuevamente incrementos de la pobreza vía encarecimiento de la canasta básica. Una alternativa de corto plazo sería reponer transitoriamente el impuesto a los flujos de capitales (países del sudeste asiático lo han utilizado exitosamente). La brecha de tasas de interés entre Chile y Estados Unidos sigue expandiéndose generando efectos negativos en el tipo de cambio debido a las operaciones denominadas "carry trade".
 

La respuesta de largo plazo es una política industrial orientada a PYMEs exportadoras con foco en la asociatividad, transferencia tecnológica, vinculación con Universidades, y conectada con los Clusters. China aplicó exitosamente este esquema en los años 80 en sus "4 Zonas Económicas Especiales". También el Sudeste Asiático tiene una larga tradición en cuanto a desarrollo industrial no sólo de manufacturas.
 

El péndulo de la política económica en Chile debería ser menos ortodoxo, y más pragmático y enfocado en el desarrollo, para así capturar las realidades del subdesarrollo actual. Así se configuran desafíos de corto y largo plazo en cuanto al tipo de cambio y al incremento de productividad en el sector exportador.
 

Publicado en La Nación.