Ciertas críticas a la política fiscal en Chile señalan que esta es excesiva y que retardara la recuperación. Además se refuerza esto generando dudas respecto a la calidad del gasto público. Sin embargo, hay que aclarar que aquellos que tienen esta posición, veían los desarrollos financieros de Estados Unidos y en menor medida como Inglaterra, como ejemplos de la sofisticación de los riesgos crediticios y financieros, y por tanto mercados no regulables, o al menos mínimamente. Si la mayor parte de las economías del mundo están usando la palanca fiscal es por que no existió (por conflicto de intereses) capacidad de reacción para detener el malabarismo financiero global. En el caso de Chile, la palanca fiscal abarca desde bonos a la gente más pobre, subsidios a la capacitación, mayor ejecución de inversión publica y mayores recursos para créditos a PYMEs. Esta claro que este impulso fiscal deberá reducirse en la medida que la economía se recupere. Pero esto no es un dato: dependerá de la capacidad de recuperación de la alicaída economía internacional. Mientras tanto la política monetaria esta en su máxima expansividad, así como el gasto publico. Si se verifica a posteriori un crecimiento magro, habrá que analizar la estrategia de desarrollo ("tema intocado actualmente") de la economía chilena. Por ejemplo, el Sudeste Asiático también sufre las crisis globales, pero la capacidad de recuperación es vertiginosa. Poseen gran base industrial, fuerza de trabajo altamente calificada, apoyo del Estado a sectores con externalidades y gran interacción entre conglomerados y PYMEs. En consecuencia, Chile debería endogeneizar a futuro más su tasa de crecimiento.

 

Publicado en el Diario Financiero y Estrategia