Junto a Christian Larraín, exvice-presidente para la Comisión del Mercado Financiero (CMF) y a Manuel Marfán, de CIEPLAN abordaron el sistema de pensiones de cara a una nueva Constitución. La académica FAE presentó resultados del experimento realizado junto a la Superintendencia de Pensiones y la CMF.
Junto a Christian Larraín, exvice-presidente para la Comisión del Mercado Financiero (CMF) y a Manuel Marfán, de CIEPLAN abordaron el sistema de pensiones de cara a una nueva Constitución. La académica FAE presentó resultados del experimento realizado junto a la Superintendencia de Pensiones y la CMF.
El pasado 20 de abril la académica del Departamento de Administración de la FAE, Dra. Denise Laroze, participó de un seminario organizado por la Universidad de Talca, junto al exvice-presidente para la Comisión del Mercado Financiero, Christian Larraín y al investigador de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN), Manuel Marfán.
En la instancia, se analizó el sistema de pensiones de cara a una nueva Constitución.
El primer exponente fue Christian Larraín quién destacó tres ideas centrales: la primera relativa al problema de las bajas pensiones en Chile, el que "se resuelve con una reforma estructural al sistema de pensiones, basado en la creación de un componente público contributivo que opere con lógica de seguridad social", explicó. Además, agregó, como segunda idea central, que existe un gran problema para ponerse de acuerdo, lo que obedece distintas visiones de sociedad como el Estado/mercado; individualismo/solidaridad y la importancia de legitimidad institucional. "Dado lo anterior, y como tercera idea, es complejo legislar antes de la discusión constitucional", sentenció Larraín.
Se refirió además a los diagnósticos que existen, algunos compartidos y otros no. Entre los compartidos puntualizó que para la mayoría, las pensiones son insuficientes para una vida digna en la vejez y ven un futuro poco promisorio. "Hay una baja rentabilidad esperada y los dos retiros del 10% han afectado esto, los parámetros están desactualizados y el pilar distributivo no se ajusta a la realidad del mercado de trabajo en Chile", explicó.
Respecto a la parte no compartida, Larraín identificó algunos aspectos como el desempeño de las AFP y que la rentabilidad neta de comisiones no es tan buena como se vende. "El diseño estructural donde se transfieren las decisiones y los riesgos a los individuos y las personas pierden dinero con los cambios", dijo. Además, destacó la relevancia de la falta de legitimidad del sistema actual y sus implicancias, que son la fuerte resistencia a efectuar cambios paramétricos y para que el sistema sea sostenible en el tiempo, requiere cambios paramétricos, además del impuesto al trabajo que está presente hoy.
Finalmente, las principales conclusiones a las que llegó Larraín fue que se requiere una reforma estructural profunda con dos componentes: el sistema público contributivo que opera con lógica de seguridad social, una profunda reforma a las AFP -con entrada única que recauda y paga- y dejar a éstas centradas en administrar inversiones en línea, con la evidencia internacional. "Las ventajas de esto son subir las pensiones actuales y futuras, diversificar los riesgos, bajar los costos, restablecer la legitimidad y hacer cambios paramétricos y evitar futuros retiros", sentenció.
Por su parte, la Dra. Denise Laroze, académica de la FAE, centró su exposición en la posibilidad de generar instancias y pensiones que estén orientadas desde la ciudadanía y desde los sesgos propios de ella. "Las pensiones deben estar pensadas desde los y las ciudadanos/as. Específicamente, hay que pensar en sus riesgos cognitivos, desde la literatura del comportamiento, donde se han dedicado a entender como los seres humanos no se comportan de acuerdo a las expectativas de los modelos económicos", explicó la académica de la FAE.
La PhD. en Gobierno por la Universidad de Essex, Reino Unido, continuó explicando que los seres humanos tienen sesgos, como valorar más el dinero que tienen en la mano que el potencial de ese dinero en el largo plazo. "Tenemos dificultades a la hora de tomar decisiones porque éstas tienen un lenguaje técnico, con el cual es muy fácil cometer errores y es complejo seleccionar buenas ayudas o asesores", agregó.
"Si bien los entes reguladores han tratado de regular parte de la oferta y la forma cómo las decisiones que debe tomar la persona a la hora de pensionarse; esto es muy difícil de hacer", sostuvo.
El punto focal del trabajo investigativo de la Dra. Laroze, tiene relación con las sobrecargas cognitivas que los ciudadanos deben tomar a la hora de pensionarse. "Tenemos que ir a una AFP, pedir nuestro certificado de saldo e ingresar a través de los mecanismos que el Estado ha generado para hacer comparaciones en términos de las ofertas de pensiones. En esta etapa nos van a hacer muchas preguntas, si queremos renta vitalicia, retiro programado, cuántos beneficiarios tenemos, cual es la expectativa de vida que tenemos, en conceptos que son muy difíciles de comprender", puntualizó.
De esta forma, y junto con la Superintendencia de Pensiones y con el apoyo de la CMF, corrieron un estudio experimental donde lograron identificar cómo ciertos cambios muy pequeños en la forma de entregar la información, como pasar de UF a pesos y agregar una columna que visibilice mensualmente cuáles eran las perdidas anuales. "Esa forma de mostrarle a las personas los riesgos que incurren a la hora de tomar decisiones, logramos ver cambios sustantivos en la forma de tomar decisiones", añadió la académica de la FAE.
Los principales resultados del trabajo de la Dra. Laroze junto a la Superintendencia de Pensiones y el apoyo de la CMF, es que menos del 50% de la población, escoge una de las alternativas de pensión que le da ingresos más altos en términos de su expectativa de vida.
"Hoy estamos trabajando para tratar de innovar la información de pensiones a la hora de tomar una decisión. Se trata de un estudio que nos permite ver cómo pasar de una estructura de conceptos y pasar a estructuras orientadas a las demandas de la ciudadanía", dijo Laroze, agregando que el exceso de alternativas induce a parálisis en las decisiones que se toman, lo que conlleva problemas de reducción en el bienestar disponible para los y las ciudadanos/as de Chile.
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