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Investigador de la FAE USACH propone que Royalty minero permita construir un nuevo modelo de desarrollo equitativo, eficiente y sustentable

news_155_dDr. José Gabriel Palma, en su Columna de Ciper destaca la propuesta que realizó a la Comisión de Minería del Senado, y se extiende en la necesidad de compensar «la mano (no tan) invisible de mercados distorsionados»: «El Estado debe «empujar» políticas industriales que reorienten la asignación de recursos hacia actividades de mayor potencial de crecimiento de la productividad en el largo plazo», sentencia.

Dr. José Gabriel Palma, en su Columna de Ciper destaca la propuesta que realizó a la Comisión de Minería del Senado, y se extiende en la necesidad de compensar «la mano (no tan) invisible de mercados distorsionados»: «El Estado debe «empujar» políticas industriales que reorienten la asignación de recursos hacia actividades de mayor potencial de crecimiento de la productividad en el largo plazo», sentencia.

news_155_01El académico del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la Facultad de Administración y Economía de la USACH y académico de la U. de Cambridge, Dr. José Gabriel Palma escribe una nueva columna en Ciper, en la que propone que el royalty sea un eje de una nueva estrategia productiva en Chile.

A su juicio, el uso productivo de los recursos generados por un Royalty minero, como el propuesto en el actual proyecto de Ley, permitiría construir un nuevo modelo de desarrollo equitativo, eficiente y sustentable.

En su columna, el Dr. Palma señala que la mayor debilidad del debate sobre un nuevo modelo de desarrollo para Chile, es la falta de propuestas concretas y aterrizadas en cuanto a una nueva estrategia productiva. Al parecer, reina el espíritu del «más de lo mismo», aunque ojalá mejor; y la controversia parece centrarse en cómo lograr esto último. En el programa de Gabriel Boric, por ejemplo, lo mejor se refiere a hacer más de lo mismo —no se cuestiona allí el seguir clavados en lo extractivo del sector exportador ni regalar los recursos naturales— pero con mucho mayor complejidad tecnológica.

Cuesta entender, prosigue el economista, esa falta de urgencia en la necesidad de generar nuevos motores de crecimiento de la productividad, pues los del modelo actual —en especial, los del extractivo tradicional— ya dieron, y hace mucho, lo que podían dar. La tasa de crecimiento de la productividad cayó del 3,9% anual logrado durante el auge del modelo (1986-1998) a un 2,1% en la década siguiente, y a un magro 0,4%, en la subsiguiente. "He destacado que la industrialización del sector exportador, lo «verde» en una perspectiva de un Green New Deal, y la tan necesaria digitalización de nuestra economía son las mejores alternativas para dinamizar nuestro alicaído crecimiento de la productividad", puntualiza Palma.

Esta desaceleración progresiva del crecimiento de la productividad, que llega al estancamiento, refleja la mayor falla de mercado del actual modelo chileno: cuando su motor extractivo se agotaba, el mercado no generó ningún incentivo endógeno para reenergizar la economía. Tal falla tiene su origen en las distorsiones de mercado que nuestros grandes agentes económicos ―nacionales y extranjeros― han generado al evitar ser lo que en jerga profesional llamamos rule-takers y price-takers. Por el contrario, asoma en Chile una elite rentista y neofóbica, con miedo a cualquier cambio en la estrategia productiva, que ahora puede forzar el «más de lo mismo». Así, no solo hemos seguimos rigidizados en lo meramente extractivo, sino que incluso nuestro sector exportador ya comenzó a perder participación de mercado en el comercio mundial.

Para leer la columna completa en Ciper, haz CLIC AQUÍ.

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