Marcos Correa se encuentra en su tercer año de Doctorado en Economía en la Universidad de Washington, Estados Unidos, y cuenta que las ganas, los objetivos claros y la ayuda de la Usach, han sido los gestores que esto haya sido posible.

 Son muchas las cosas que han ocurrido en la vida de Marcos Correa, desde que decidió comenzar una de las aventuras en el conocimiento más desafiantes en su vida: hacer un doctorado.

 El año 2019, comenzó esta aventura, la que tuvo muchas sorpresas, la más grande todas, el haberse convertido en padre. Pero sin dejar sus estudios y las responsabilidad que ello conlleva, Marcos durmió menos y cultivó ojeras. Sin embargo, su horizonte es la investigación y por ello, nos cuenta cómo han sido estos años cursando el Ph.D en Economía en la Washington University.

 “Es difícil poder explicar lo que significa estar aquí, hasta que lo vives. Siempre te dicen que es un parto y que te empujan hasta tu máximo, pero yo no lo dimensioné hasta ahora.

¿Es muy duro? Sí. Pero siento que estoy donde debía estar. Pasé cuatro años trabajando en la industria en muy buenos puestos de trabajo, como el Banco Central, y el gobierno de México, pero no me arrepiento ni un segundo de haber pausado mi carrera profesional y dedicar tiempo a lo que me gusta”, señala.

 En relación a la elección de la casa de estudios en la que decidió, finalmente sacar su doctorado, Marcos cuenta que el proceso de postulación, tiene muchas incertidumbres de principio a fin. “En mi caso postulé a diez programas y me aceptaron en tres -es un ratio bastante bueno- conozco gente que postula a veinte. Al final con las tres aceptaciones, la selección es muy fina. Por supuesto, lo primero que miras es el ranking, pero una vez que más o menos te mueves en un vecindario, empiezan a salir otras variables, de lo que se te ocurra. Por ejemplo, yo quedé también en UCDavis que en algunos rankings es mejor y en otros peor que Washington University. Sin embargo, tú te fijas desde los aspectos académicos hasta el clima de la ciudad”, agrega.

 Al final se inclinó por esta última, debido al match de investigación y por la red de trabajo que tienen con la Reserva Federal (simil al Banco Central). “Por último, el financiamiento también pesa. En mi caso tenía un buffer de la beca Fulbright, la cual finalmente rechacé, pero a veces decides porque en una te dan beca completa y en otra nada, o solo por las condiciones de la beca”, cuenta Marcos.

 La paternidad y el estudio

 “Mi principal logro es que fui papá a mitad de año académico. Tuve ojeras permanentes por tres meses”, añade el economista de la Usach. Esto se suma a los innumerables desafíos que tiene un doctorado. “Es mucho trabajo. Al principio sientes que tus compañeros con campeones nacionales de matemáticas o física, pero con el transcurso del tiempo, vas cerrando brechas. Ahora terminando el año creo que estoy en mucho mejor pie para empezar a producir”, dice.

 Sin duda, una ayuda para poder cumplir sus metas académicas, ha sido la formación que Marcos Correa tuvo en el Departamento de Economía de la FAE Usach. “Tuve la suerte de tener profesores excelentes. Creo que el departamento tiene mucho potencial. Yo hice el pregrado en economía y también el Magíster en Economía Financiera (MEF). Ambos programas fueron muy buenos, en especial el MEF que de alguna manera fue una buena credencial para entrar al mundo laboral” señala.

 Con respecto a las líneas de investigación que tomará, Marcos aún no lo tiene claro. “Lo único seguro, es que soy macroeconomista, pero estoy en un periodo de muchas definiciones personales y ya he cambiado un par de veces. Primero quería investigar en Health Economics (mi tesis de master fue de eso), después me moví a Macro Finance -un poco motivado por mi trabajo en el Banco Central- y ahora esto de apoco mirando Monetary Economics tal vez con aplicaciones de finanzas, agentes heterogéneos, finanzas corporativas, hasta un poco de supply chain he mirado, pues también tengo un par de ideas ahí”, relata el ingeniero comercial en economía, agregando que “la investigación en economía está alcanzando una profundidad considerable, pues ya no eres experto en macroeconomía o microeconomía,  sino que te tienes que especializar mucho más y al final eres experto en un par de temitas. Por lo mismo, también cuesta mucho más publicar un paper en un buen Journal donde cada vez los trabajos se hacen con más rigurosidad”.

 Marcos agrega que, si alguna persona tiene interés en seguir con estudios de doctorado, su primer consejo es conversar con un profesor que ya lo haya hecho, porque hay mucho trabajo por delante. “Mi camino duró como diez años desde que -en el pregrado- decidí que quería hacerlo.  Me considero un ejemplo de que se puede. Sin ni un peso hice dos intercambios, estudié un master, ahora estoy sacando otro más el doctorado. Las ganas, los objetivos claros y la ayuda de la Usach, han sido los gestores que esto haya sido posible. “Hasta hoy mantengo contacto con profesores que me preguntan cómo me ha ido y en más de una oportunidad me han ofrecido ayuda económica en forma de trabajos como asistente de investigación u otras”, cuenta.