Dr. José Gabriel Palma fue invitado a exponer en el Seminario “Industria Fuerte, País Fuerte” en Brasil, instancia en que el académico se refirió al por qué América Latina es la región con el peor crecimiento de la productividad en el mundo desde las reformas neo-liberales.

El pasado 25 de mayo, en Sao Paulo, Brasil, el Banco Nacional de Desenvolvimento Economico e Social (BNDS), la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (FIESP), el Centro das Industrias del Estado de São Paulo (CIESP), y el Centro Brasilero de Relaciones Internacionales (CEBRI) realizaron el seminario “Industria Fuerte, País Fuerte”.

El seminario contó con la presencia del Presidente Lula da Silva, el Vice-Presidente Geraldo Alckmin, el Ministro da Hacienda Fernando Haddad, y el Gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas. 

El académico de la Facultad de Administración y Economía de la Usach y de la U. de Cambridge, Dr. José Gabriel Palma fue invitado a participar en este importante evento (donde hizo su presentación a través de Zoom), junto a Mariana Mazzucato, del University Collage de Londres; Robert Wade de la London School of Economics; y Mario Cimolli del Santa Anna School of Advanced Studies de Siena.

El Dr. Palma realizó una presentación cuyo título fue “Por qué América Latina es la región con el peor crecimiento de la productividad en el mundo desde las reformas neo-liberales”, ponencia basada en su última publicación “Ricardo was surely right: the abundance of “easy” rents leads to greedy and lazy elites.  A “Post-Ricardian” critique of rentier-capitalism (and its “non-creative” destruction).  A tribute to Geoff Harcourt” (paper que se encuentra en este enlace; también ver aquí).

En estos trabajos, el académico de la FAE explica como la lógica que relaciona al gran deterioro de la desigualdad de mercado (aquella antes de impuestos y transferencias) con la caída de las tasas de inversión y el colapso de la tasa de crecimiento de la productividad en los países de altos ingresos desde sus reformas económicas en los años 1980s tiene mucha similitud con lo que ha sucedido en América Latina desde entonces. Excepto que dicha región ya tenía una alta tasa de desigualdad de mercado al momento de sus reformas, y que los otros dos fenómenos se dieron en forma más extrema (incluido en Chile después de un período dinámico desde mediados de los 80s hasta fines de los 90s).    

En su alocución el Dr. Palma explicó cómo esta dinámica que lleva a (lo que él llama) la “trilogía tóxica” del capitalismo rentista en países occidentales tanto desarrollados como emergentes ―la alta desigualdad ‘mercado’, bajas tasas de inversión y estancamiento de la productividad― se entiendo a través de la obra de uno de los clásicos, David Ricardo. Para Palma la contribución clave de Ricardo es mostrar cómo el destino de una economía capitalista depende de la difícil coexistencia entre ‘rentistas’ y ‘capitalistas’. Y bajo ciertas condiciones, en una economía capitalista ‘laissez-faire’ los rentistas ―en especial aquellos que viven de los retornos de activos financieros y activos “no-producidos” (como los recursos naturales)― podrían desencadenar una dinámica que lleve a la “trilogía tóxica” ya mencionada. “De ser así, esto transformarían el capitalismo en un paraíso rentista autodestructivo”, señala Palma.

“En otras palabras, lo que ha sucedido en occidente (al norte y sur del ecuador) desde sus reformas neoliberales son básicamente facetas de un mismo fenómeno: un tipo específico de acumulación rentistas que lleva simultáneamente a esos tres fenómenos. El vínculo clave entre ellos es el impacto negativo que un aumento de la desigualdad basado en una transferencia de ingresos de ‘capitalistas’ a ‘rentistas’ puede tener en la inversión”, puntualizó Palma en este importante seminario.

A su juicio, lo que se necesita ahora en política económica es desarrollar una perspectiva “post”-ricardiana, donde el “post” se trata de idear mecanismos que lleven (“fuercen”) a los rentistas a usar sus rentas en forma productiva “algo impensable en la época de Ricardo”, anadió Palma. Un ejemplo sería un royalty “diferenciado” a la minería del cobre: alto al concentrado, mediano al fundido, bajo al refinado, dejando exento al manufacturado (como el alambrón). De esta forma, las mineras tendrían un fuerte incentivo a usar la renta del recurso natural en forma productiva (invertir en el procesamiento del mineral).  Si en mercados distorsionados la “mano invisible” no hace su tarea, la “visible” tiene que hacerlo. De lo contrario, prosiguió el economista chileno, el actual proceso de “rentierización” ―del que la financiarización es solo un aspecto (aunque líder)― está destinado a seguir siendo tan tóxico para la desigualdad, la inversión y el crecimiento de la productividad como para nuestra democracia.

Este discurso fue reconocido por el presidente Lula da Silva, quién calificó a Palma como uno de los economistas latinoamericanos más influyentes en Brasil.

A los dichos de Lula, se suman los expresados en enero pasado por el presidente de Colombia Gustavo Petro en su visita a Chile, cuamdo en un discurso durante un almuerzo oficial en la Moneda dijo que en materias de la necesidad de re-industrializar América Latina, el economista que inspira su trabajo era el profesor Palma; especialmente lo que se podría aprender del Asia emergente en esa materia.