Luego de meses de campaña, Chile fue formalmente invitado a ser el miembro número 31 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los estados considerados como los más avanzados y desarrollados del mundo.

El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, agradeció la decisión unánime de los treinta miembros del Consejo y calificó la determinación como un "reconocimiento para el país, ya que esta es una asociación de países democráticos, con las instituciones más fuertes, los estados más transparentes y los mejores instrumentos para luchar contra la pobreza y la desigualdad".

Para el director del Departamento de Economía de la Universidad de Santiago de Chile, Guillermo Pattillo, ésta es una noticia positiva y de gran relevancia, ya que al ingresar a un club de naciones que se caracterizan por implementar políticas adecuadas en prácticamente todos los frentes y por la innovación en la regulación, se otorga una señal muy importante al resto del mundo.

"Formar parte de una entidad que es particularmente prestigiosa tiene un efecto de imagen destacada, que puede además tener algún impacto en el costo de endeudamiento de Chile y de las empresas. Además, obliga al país a adoptar las mejores prácticas internacionales, por lo tanto, reduce la discrecionalidad de los gobiernos locales y circunscribe el ámbito en que las políticas locales se pueden mover", enfatizó.

Pattillo explicó que Chile cumplió con las reglas impuestas por la OCDE, las que estuvieron ligadas a información bancaria y al gobierno corporativo de empresas públicas; sin embargo, hay espacios de avance en muchas áreas y ése será parte del compromiso que el país adquiere al conformar este organismo.

"Se deberá mantener un constante mejoramiento de las políticas y de las formas en que se implementen, para lo cual es supervisado por la OCDE. Cada cierto tiempo Chile se someterá a revisiones, por parte de los comités del organismo, respecto a la calidad de las políticas implementadas y de las acciones en los diversos ámbitos", precisó.

Finalmente, el docente de la Usach consideró que las inseguridades respecto a la preparación del país para ingresar a este club de países desarrollados y perder la posibilidad de ayuda internacional, son infundadas.

"Chile no recibe ayuda internacional gratuita, que es la que va a los países pobres, sin embargo al ingresar a este club se genera un mayor nivel de seguridad a los acreedores potenciales, por lo tanto, puede rebajar incluso el costo de créditos del país", concluyó Pattillo.

Publicado en Portal Universia
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