La secuela inmediata del terremoto que afectó al centro-sur del país ya se hace notar en el rubro habitacional, y en plena recuperación de la crisis. La Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) prevé para este mes un freno en las ventas, sobre todo de edificios, producto del efecto anímico sobre los consumidores.

Es difícil que exista un buen nivel de colocaciones en marzo, pues es otra la prioridad. Y a pesar de que el grueso de los proyectos inmobiliarios del país se comportó de modo razonable ante el sismo, según la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el cuadro empeorará con los casos de mermas estructurales vistos en la capital y Concepción.

El escenario más complejo se dio en los edificios altos, estima Gilberto Leiva, director del Departamento de Obras Civiles de la Universidad Santa María (USM), debido a que su movimiento natural tuvo la misma frecuencia del sismo del 27 de febrero. A plazo, esto motivará una baja relativa en los precios de las viviendas de pisos superiores:

"En el mediano y corto plazo, las ventas de propiedades en altura también se verán afectadas, ya que los consumidores preferirán vivir en casa o en pisos bajos", analiza el economista Piero Moltedo, académico de la Universidad Santo Tomás. Pero no sólo en ventas se están viendo complicados los desarrolladores, muchas quebrarán este año.

DAÑO DE IMAGEN
Cientos son los propietarios afectados por daños en sus inmuebles sólo en la capital, quienes ya se van organizando para querellarse en colectivo. Esto marcará precedente para que "las malas inmobiliarias", como son calificadas por el economista Francisco Castañeda, docente de la Universidad de Santiago, desaparezcan del mercado.

Por el contrario, sólo sobrevivirán las empresas que "demostraron que sus edificios resistieron un terremoto de esta magnitud. Es el mejor marketing que va a haber". Paz es la constructora más cuestionada por las fallas estructurales que exhibe el Esmerald.

A un año de su entrega y con el 80% de su stock vendido, el edificio de Ñuñoa tuvo que ser evacuado por una inclinación de 26 centímetros en su base. La empresa correrá con los gastos de reparación, pero los vecinos exigen la devolución de su inversión.

Cerca de 200 familias fueron desalojadas del edificio Central Park de la constructora DLP, debido a que tiene hundido su sector izquierdo y presenta riesgo de derrumbe.

Otras inmobiliarias en tela de juicio por sus proyectos declarados inhabitables en comunas como Macul, Conchalí e Independencia son Sigro, Nollagem, MIG, Fe Grandes Viviendas y Delsa. En Concepción, Camsa está en entredicho por la Torre O'Higgins.

RECONSTRUCCIÓN PAíS
Una vez que se reordene el rubro, se avecina un vigoroso repunte, esperan en el gremio. La pérdida de parte del patrimonio habitacional va de la mano con nuevas necesidades que se volcarán al stock, compuesto en un 50% por viviendas de hasta 1.500 UF subsidiadas por el Fisco. Será vital el aporte de recursos públicos.

"Se espera en todo caso que el terremoto sea un enorme impulso a la economía del país, ya que si bien hubo pérdidas económicas importantes, la reactivación impulsa el desarrollo de la producción y contratación de personas", considera Moltedo. Para esto, opinan los expertos, el Estado deberá dar la cara, porque hay pendientes legales.

"La pregunta que surge es si los requisitos de edificación realmente están bien planteados", opina el experto de la UST. Coincide Castañeda, quien ve una falla en la ley cuando las inmobiliarias, incapaces de responder a las indemnizaciones en el sur, se declaren a quiebra y la culpa pase a los fiscalizadores municipales y el mismo Estado.

La ley podría proteger a muchas firmas, ya que de acuerdo a la Norma 433 de Diseño Sísmico de Edificios, las obras sólo deben garantizar que los edificios no se caigan ni provoquen muertes, "no está orientada a evitar totalmente el daño", dice Leiva.

"Comprarse una vivienda es la inversión de la vida de las personas y no puede estar sujeta al libre mercado", reclama el docente y llama a que el nuevo Gobierno asuma una política de subsidios de al menos un 15% ($3 a $5 millones) en su eventual Fondo Nacional de Reconstrucción, para que los afectados recuperen sus viviendas perdidas.

Y para guiar las nuevas compras que se vengan, Leiva aclara que, por mucho que algún documento lo diga, "lo de 100% antisísmico no existe". Ningún edificio puede serlo, por ello "es importante asesorarse con algún especialista, ya que hay edificios que por su forma, situación y otras características son más riesgosos que otros", concluye.

Publicado en Invertia, Terra.cl