Tras el terremoto y tsunami del 27 de febrero, Chile "es otro país" y eso obligará a "cambiar las prioridades" del gobierno de Sebastian Piñera, quien asume la presidencia el próximo jueves para un mandato de cuatro años.
    Fuentes del entorno económico del presidente electo lo afirmaron en diálogo con ANSA, y advirtieron que aún es muy temprano para valorar las pérdidas económicas causadas por el sismo y tsunami, que analistas financieros extranjeros y chilenos sitúan en 20.000 ó 30.000 millones de dólares.
    El economista Guillermo Patillo, de la Universidad de Santiago, dijo a ANSA que "no nos debiésemos asombrar si esa cifra cambia radicalmente" hacia arriba.
    El sismo abarcó unos 400 kilómetros de la zona costera centro sur de Chile, donde hay grandes bolsones de pobreza, pero que concentra también el 14% del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile incluida la quinta parte de la industria, liderada por la forestal radicada en la región de Bío Bío.
    Gran parte de la industria forestal estará paralizada por al menos un mes, con excepción de la planta Valdivia, más al sur de la zona devastada. Se estima, además, en tres meses la paralización de la siderúrgica Huachipato -afectada estructuralmente- y un tiempo similar en la refinería de Petrox.
    El ministerio de la Vivienda recién está haciendo un recuento, que se complica para el de Obras Públicas porque hay una serie de localidades interiores a las cuales es difícil llegar y siguen las fuertes réplicas que pueden aumentar los daños.
    "Este es otro país hoy día. Estamos 'ad portas' del invierno y hay ciudades enteras en el suelo, gente que necesita techo y les vas a dar uno de calidad muy distinta al que tenía. Se ha generado una tremenda demanda de todo tipo y tenemos una caída del producto", describió un economista del entorno de Piñera.
    "Se ha duplicado el déficit habitacional del orden de 500.000 viviendas. Es probable que tengamos 300.000 viviendas en el suelo. Nosotros construimos del orden de 45.000 viviendas públicas y 120.000 público-privadas cada año", describió.
    "Nosotros creíamos que de verdad podíamos eliminar la indigencia y la pobreza, pero hay zonas donde no va a haber ni siquiera la posibilidad de vender en un kiosco porque está en el suelo la ciudad completa", lamentó.
    Leonardo Suárez, economista jefe y director de estudios de Larraín Vial, estimó que "el impacto agregado bruto del terremoto en la economía originaría una pérdida de producción de menos 1,6% del PIB (2,57 billones de dólares) en este año, pero el incremento de la construcción por encima de lo programado induciría una pérdida neta de tan sólo menos 0,4% del PIB en el 2010".
    La consultora Larraín Vial rebajó la estimación de crecimiento económico desde 5,4% a 5,0%, pero debido al mayor dinamismo que tendrá la construcción anticipó que el 2011 el crecimiento chileno pasará de 3,4% a 4,0%.
    Suárez puso como ejemplo que tras el terremoto de Chile (1985) y de Indonesia y Tailandia (2004) la actividad económica sufrió en el corto plazo, pero luego tomó vuelo debido a las mayores inversiones.
    La presidenta saliente Michelle Bachelet afirmó que Chile tiene recursos para enfrentar la emergencia, pero para reconstruir "requerirá apoyos internacionales", que deberá definir el gobierno de Piñera.
    Los economistas de Piñera apuntaron que "Chile tienen un nivel de deuda tan bajo, que sería bueno endeudarse y mantener, como cualquier familia, dinero en la cuenta de ahorro".
    La deuda pública consolidada neta de activos de Chile es cercana al 0%.
    El punto a definir es cuántos recursos pedir a organismos internacionales, cuántos financiar repatriándolos desde el Fondo de Estabilización Económica y Social creado por Bachelet, y cuántos mediante bonos que se emitan en el mercado local.
    "Hay que monitorear los mercados financieros. Chile tiene un stock de activos importantes y acceso a tasas relevantes. La capacidad de inversión creció y no está en quiebra después del terremoto. Aquí hay una pérdida de stocks, de activos, pero la capacidad financiera del país no se ha resentido", dijo a ANSA un economista del entorno de Piñera. "Financiamiento siempre hay. Lo terrible es cuando un desastre te quita la ventaja competitiva y hacen inviable lo que se está produciendo. Pero nuestra capacidad de producir fruta, cobre o salmones no la perdimos. Perdimos la maquinaria, pero no el corazón del negocio", resumió.
    Según Suárez, lo que está claro es que "el terremoto obligará a la nueva administración de Sebastián Piñera a cambiar sus prioridades originales".
    Agregó que se espera que el nuevo gobierno "entregue estímulos microeconómicos a la inversión, unido a una relevante expansión del gasto público e inversión, ademas de apoyo relevante en asistencia social" a los damnificados.
    El economista pronosticó como reacción al terremoto y tsunami un incremento del gasto público de 5.000 millones de dólares, extra presupuestario, lo que provocará un déficit fiscal del 4% del PIB.


Fuente: Ansa Internacional