Hoy el precio de las gasolinas sube en forma importante y lo hace por dos razones: se termina el lapso en que rigió la rebaja transitoria del impuesto a los combustibles (lo que genera la mayor fracción del aumento de los precios) y porque el precio de éstos ha tenido una cierta tendencia al alza en los mercados internacionales. Respecto de un año atrás, el precio del petróleo hoy es alrededor de 95% mayor, pero en lo que va de marzo y respecto del promedio de febrero, el alza es sólo de 2,5%. Evidentemente, lo relevante no es lo que ya ocurrió, sino lo que podemos esperar que ocurra. Desde ese punto de vista las noticias son favorables.

       Los futuros de crudo en Nueva York se están transando para mayo y junio en valores cercanos a US$81,5 el barril; cifra muy parecida al valor que tiene en este momento el petróleo. El fortalecimiento del dólar es parte (en el margen) de la explicación, pero si miramos un horizonte más largo, por ejemplo, hasta diciembre de 2010, el precio del crudo a esa fecha es sólo 2,3% mayor al actual. A diciembre de 2011 es 1,2% mayor que en diciembre de este año y a diciembre de 2012 sólo 2,3% superior al de diciembre de 2010. En el largo plazo, a diciembre de 2018, los futuros de petróleo se transan hoy a un precio que es 10% superior al promedio spot de esta semana. En síntesis, el mercado financiero en este momento espera una suave tendencia al alza de los precios del petróleo, pero no un salto de éstos como lo vimos hace poco más de un año atrás, y el nivel esperado del precio está, para este año, bastante por debajo de los US$85 por barril.  

       Es cierto que las cosas pueden muchas veces cambiar en forma imprevisible, pero con la situación como se ve hoy, este año, con un precio medio del crudo a final de año en el orden de los US$82,5 el barril, no debiésemos sufrir grandes cambios en el valor local de las gasolinas, derivados del comportamiento del mercado externo.


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