Un complejo escenario se espera para las próximas semanas, cuando se inicien las negociaciones sobre el salario mínimo, que debe comenzar a regir el 1 de julio. 
 
    Los factores son varios: un alto desempleo que llegó a 9,8% en el trimestre febrero-abril y que seguiría aumentando; la fuerte desaceleración de la economía nacional; y una acelerada reducción de la inflación, variable de la que no pocos estiman podría ubicarse este año en rangos negativos. 
 
    Es por esa razón, hay quienes han comenzado a advertir sobre los riesgos de incrementar la presión sobre el mercado laboral con un reajuste alto, sobre todo, porque la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ya anunció que no se conformará con un incremento que tenga como eje la inflación esperada a diciembre –que el Banco Central estimó en 0,6%- y el nivel de productividad, sino que pedirá un monto específico, que está por definirse. 
 
Presión sobre el empleo 
 
    Para el economista de la Universidad de Chile, David Bravo, en esta negociación en particular "necesitamos enviar señales a la economía de que la prioridad es el empleo y no el aumento de remuneraciones". 
 
    Por lo mismo, el economista afirma que una forma de "aliviar" la presión que genera un aumento de remuneraciones en el empleo en un contexto económicamente complejo, es alargar el tramo que hoy percibe el 75% del salario mínimo -con techo en los 18 años-hasta los 24 años, de manera que "el mercado laboral pueda ajustarse", pensando además, en el impacto en las pequeñas y medianas empresas. 
 
    Es que la gran dificultad de como está fijada la estructura salarial en nuestro país, a juicio de Pablo Correa de Santander GBM, es que es poco flexible para adaptarse a las condiciones de la economía. 
 
    Así, si la inflación sube, los salarios nominales y reales tienden a subir, pero cuando los precios bajan, las remuneraciones no siguen la misma trayectoria. 
 
    "La única alternativa para bajar costos es reducir la cantidad de personas contratadas, entonces, sería super dañino para el mercado laboral que tuvieras un reajuste alto", argumenta Correa.  
 
 
Cuánto y cómo 
 
    A juicio del economista de la Universidad Católica, Fernando Coloma, "es contradictorio subir el salario mínimo para los objetivos de proteger el empleo dado el complicado escenario que enfrentan las empresas". 
 
    Por lo mismo, explica que lo "más razonable es que habría que postergarla de frentón", en los niveles actuales, es decir en $159 mil. 
 
    En la misma línea opinó el académico de la Universidad de Santiago, Guillermo Pattillo, quien afirmó que "en un año con una tasa de desocupación que va a crecer fuerte, y con un crecimiento que en el mejor de los casos recién va a cambiar de signo a mediados de año, no es prudente un alza de salarios crítico". 
 
    Con más matices, el subgerente de Estudios, Rodrigo Aravena, argumenta que desde principios de la década, las remuneraciones reales han subido 2,3% en promedio y que el año pasado, dada la alta inflación, el reajuste real estuvo en torno a 0,9%.  
 
    Por lo mismo, explica que "en un escenario donde lo más probable es que haya un reajuste" que éste tenga un incremento real  "similar al del año pasado no sería tan nocivo".  
 
    Eso sí, subraya Aravena, siempre y cuando "los salarios no crezcan más rápido que la productividad porque eso significaría que los costos unitarios laborales están subiendo". 
 
    Una alternativa para ello, enfatiza Correa, es que en la ley que se envíe a trámite "el reajuste sea bajo, y que en la ley quede estipulado un incremento en caso de cumplirse ciertas condiciones vinculadas a tasa de desempleo o crecimiento". 
 

Las advertencias de la Sofofa

    Desde la semana pasada que la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), cuenta con un nuevo presidente, Andrés Concha. 
 
    Y en el discurso con el que asumió la máxima representación de la industria, no dejó de mencionar como una de las preocupaciones más urgentes el tema laboral. 
 
    En esa instancia, Concha subrayó que "mientras caen los ingresos de las empresas, están aumentando los costos laborales, por los reajustes pactados de remuneración conforme a la inflación pasada", aludiendo a la negociación de sueldo mínimo del año pasado, que fijó un monto de sueldo básico en $159 mil. 
 
    Por lo mismo, el presidente de la Sofofa advirtió que hay una fuerte preocupación de los empresarios respecto de lo que ocurrirá con el proceso de negociación salarial de este año.