Beatriz Bustos-Gallardo, PhD en Geografía por la Universidad de Syracuse y profesora asociada del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, presentó “Recognising practices, identifying topographies: A proposal for understanding rural citizenship in the twenty-first century”, un estudio que analiza prácticas ciudadanas en territorios rurales—Aysén y O’Higgins—y propone dos categorías topográficas para comprender la configuración de espacios de decisión: friccional y erosionada.
Como parte del Ciclo de Seminarios de Investigación que la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile realiza semanalmente, Beatriz Bustos-Gallardo, PhD en Geografía por la Universidad de Syracuse (NY) y profesora asociada del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, presentó el trabajo “Recognising practices, identifying topographies: A proposal for understanding rural citizenship in the twenty-first century”, que propone una lectura territorial de la ciudadanía a partir de prácticas locales y de las configuraciones de poder en dos regiones de vocación exportadora.
La investigación vuelve sobre la pregunta por la ciudadanía cuando el territorio es rural y la economía se articula en torno a actividades extractivas y de exportación. A partir de más de 70 entrevistas en Aysén y O’Higgins, el estudio observa cómo se ejercen—y se limitan—las posibilidades de incidencia pública cotidiana, poniendo atención a la calidad de los vínculos entre comunidades, instituciones del Estado y actores productivos.
El análisis sostiene que tres décadas de políticas de corte neoliberal han configurado un entramado de relaciones “archipielágicas”: islas de decisión fragmentadas, con prácticas clientelares y una legitimidad debilitada de los canales formales de participación. Sobre ese terreno, la propuesta conceptual distingue dos topografías: la friccional, marcada por tensiones persistentes que trancan acuerdos y ralentizan la coordinación; y la erosionada, en la que la desconfianza institucional y la discontinuidad de mecanismos reducen la incidencia efectiva de las comunidades. Estas formas no son estáticas: varían según las trayectorias históricas de intervención estatal en cada territorio y la capacidad argumentativa de quienes lo habitan frente a la presencia de actividades extractivas.
Con esa lectura territorial, el trabajo entrega criterios operativos para la política pública: fortalecer dispositivos de deliberación vinculante, evaluar la legitimidad de intervenciones pasadas y presentes, e incorporar saberes locales y argumentaciones comunitarias como insumo sustantivo en la gobernanza de recursos. La propuesta, además, sugiere rutas de investigación comparada para comprender cómo cambian estas topografías cuando emergen nuevas escalas de decisión—local, regional o sectorial—y cuando se reconfiguran los equilibrios entre Estado, mercado y comunidades.
Al convocar a especialistas de distintas universidades, la Facultad de Administración y Economía de la Usach refuerza su compromiso con una formación de excelencia y con sentido público, conectando evidencia académica con los desafíos reales de los territorios.
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Crédito fotográfico: Museo de la Educación Gabriela Mistral