Una investigación liderada por la académica del Departamento de Economía de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Alejandra Vásquez, junto a los investigadores Leonardo Becchetti y Vittorio Pelligra, y publicada en la revista Frontiers In Behavioral Economics, reveló que las mujeres tienden a elegir opciones de consumo más responsables que los hombres, incluso sin incentivos externos. El estudio destaca cómo las normas de género, los marcos institucionales y la conformidad social pueden potenciar comportamientos cooperativos y sostenibles.
Una investigación desarrollada por la académica del Departamento de Economía de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Alejandra Vásquez, en conjunto con los investigadores Leonardo Becchetti y Vittorio Pelligra, publicada en la revista Frontiers In Behavioral Economics, exploró cómo el género influye en las decisiones de consumo responsable y cómo distintos mecanismos institucionales pueden reforzar la cooperación social.
A través del juego experimental Vote-with-the-Wallet (VWG), que simula elecciones de compra entre un producto estándar y otro más costoso pero con beneficios sociales, el equipo analizó las diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres en un contexto de dilema social.
Los resultados mostraron que, en la situación basal del experimento, las mujeres optaron por alternativas de consumo ético en un 40,6% de los casos, mientras que los hombres lo hicieron en un 26,7%. Este patrón de cooperación femenina se mantuvo incluso al incorporar distintas intervenciones, lo que sugiere una predisposición estable hacia el comportamiento prosocial.
El estudio examinó además cómo distintos marcos institucionales y sociales pueden incentivar la cooperación. Las intervenciones diseñadas —que incluyeron un marco legal (etiquetado anticorrupción), un sistema de redistribución de costos y un tratamiento de conformidad social— incrementaron la cooperación de forma significativa. Cuando las tres estrategias se aplicaron en conjunto, la cooperación aumentó aproximadamente un 63% respecto al escenario inicial, demostrando el poder de las señales institucionales y sociales en la promoción de decisiones éticas.
Más allá de las diferencias de género, los hallazgos ofrecen implicancias valiosas para políticas públicas y estrategias empresariales. Las campañas que apelan a la responsabilidad social y la legalidad pueden estimular comportamientos cooperativos sin depender de incentivos económicos directos. Asimismo, en el ámbito corporativo, las etiquetas y certificaciones éticas pueden ser herramientas efectivas para fortalecer la confianza y la demanda por productos sostenibles.
El experimento se realizó con estudiantes universitarios en Italia y sus resultados entregan una mirada concreta sobre cómo las normas sociales y las percepciones de justicia influyen en las decisiones de consumo que impactan el bienestar colectivo.
Este trabajo se inserta en la misión formativa y de investigación de la FAE Usach, al poner evidencia rigurosa al servicio del bien común y del desarrollo del país. Desde la docencia y la vinculación con el entorno, impulsa una cultura académica que promueve decisiones informadas, integra la ética en la gestión y aporta soluciones sostenibles con sentido público.
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