El decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science (LSE), realizó una videoconferencia desde Londres con los egresados y estudiantes de la carrera de Ingeniería Comercial en Administración, para abordar las proyecciones de la economía mundial y el financiamiento para la recuperación de la pandemia de Covid-19.

En el marco del ciclo de Charlas Café Alumni, que realiza semanalmente el Departamento de Administración de la Facultad de Administración y Economía de la USACH, el invitado del pasado jueves 24 de septiembre fue el exministro de Hacienda y actual decano de la Escuela de Políticas Públicas de LSE, Andrés Velasco.

En la oportunidad estuvieron presentes, el decano de la Facultad de Administración y Economía, Dr. Jorge Friedman Rafael; el director del Departamento de Administración, Dr. Cristián Muñoz y el director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la FAE, DR. Gonzalo Martner.

Andrés Velasco comenzó su presentación explicando que como economistas e ingenieros comerciales se debe entender primero que el shock económico que viene de la mano del Covid 19 es altísimamente inusual. "Los economistas que nos dedicamos a esto en los últimos años, hemos conocidos crisis bancarias, cambiarias, financieras, de balanza de pagos, de desempleo, pero nunca habíamos conocido una crisis en la que el gobierno le dijera a los trabajadores que se queden en su casa o a las empresas que bajaran sus cortinas y no produjeran", expresó.

A su juicio, este es un shock de oferta gigantesco y sin parangón, cuya persistencia está "en veremos". Junto a esto, prosiguió el exministro, para América Latina y el Caribe, ha habido cuatro golpes adicionales, entre los que están la caída feroz del comercio internacional. "No sabemos muy bien cuál será la cifra final, pero la OMC dice que el volumen de comercio el año 2020 va a caer entre 20 y 30% relativo al año pasado", sentenció Velasco.

Otro de los golpes es el de los precios de las exportaciones. "El cobre cayó mucho, luego se recuperó, pero muchos de los otros precios de los productos, especialmente de los recursos naturales que América Latina exporta, ha caído fuertemente".

A esto se suma el colapso de muchos servicios que América Latina exporta y que son fuente importante de recursos. Por ejemplo, para el caribe y México el turismo. Estos países sin turismo tienen un golpe importantísimo a los ingresos en dólares. "También hay otros servicios como el transporte aéreo (LATAM en Chile), la actividad naviera y algún tipo de servicio profesionales que se han vuelto dramáticamente menores este año", dijo.

América Latina, históricamente es una región importadora de capital, ya sea por la vía de la inversión directa o por la vía del endeudamiento. Durante los meses en los que la pandemia se inició (marzo a la fecha), los flujos de capital han sido brutalmente dramáticos. "En marzo y abril y buena parte del mes de mayo, hubo una estampida, la plata salió en cantidades industriales. En junio y julio la cosa algo se recuperó, en buena medida porque los gobiernos salieron a endeudarse. Brasil Colombia, Perú y Chile han puesto bonos en los mercados internacionales, pero los privados han seguido sacando dinero. Hay un influjo de dólares que el sector público trae al país, pero también sectores privados los han sacado. Probablemente el balance final de los movimientos de capitales este año va a ser inferior al de los años anteriores. Entonces estamos hablando de cinco golpes simultáneos", puntualizó el decano de LSE.

La gran pregunta- prosiguió Velasco- es en qué medida estos golpes van a ser persistentes o pasajeros. "Mi parecer al respecto ha ido variando. Al comienzo me pareció la posibilidad que esto fuera transitorio. Esperando la llegada de una vacuna; pero creo que también tenemos que comenzar a hacernos el ánimo que muchas de las consecuencias de esta pandemia, van a ser permanentes", sentenció.

Para el economista, buena parte de la discusión hoy en el mundo y en los círculos económicos y de prensa financiera, se centra en el debate si la recuperación va a ser en V, en K, en W, en L o en S. "Cada día aparece una hipótesis nueva. Yo creo que hay que tener la cabeza bien fría y no dejarse encantar demasiado por cifras de corto plazo que pueden ser halagüeñas, pero que no nos dicen qué es lo que pasará a mediado plazo", explicó Velasco.

Esta sentencia la explicó diciendo que cuando una economía en el segundo trimestre cayó 50% como la peruana o 22% como la británica o 15% como la chilena; y cuando en la primera mitad del año hubo caídas de dos dígitos, es bien evidente que los meses posteriores las cifras van a ser más positivas y abultadas. "Pero no nos olvidemos que cuando tú caíste 40% y después creces 5%, estás muy lejos aún de retomar los niveles de actividad pre pandemia", agregó.

"Creo que no va a haber ningún país de América Latina que el 31 de diciembre de 2021 haya retomado los niveles de actividad que tenía el 31 de diciembre de 2019. Vamos a tener al menos dos años con niveles de actividad bastante más bajos que los que teníamos pre pandemia".

Aprendiendo de la crisis

Ante esto, Andrés Velasco se preguntó qué es lo que se ha aprendido de esta pandemia y lo que más resaltó es que es clave tener espacio fiscal para poder hacer frente a las crisis. "En América Latina hay países que tenían espacio fiscal y otros que no lo tenían, y lo que hemos visto es que esto hace toda la diferencia del mundo. En el caso de Perú y de Chile, la deuda pública no alcanzaba el 28 o 30% del PIB y, por lo tanto, esos países se pueden dar el lujo este año de tener un déficit fiscal de 8 puntos del PIB, de incrementar su deuda como porcentaje del PIB en más, porque la deuda está subiendo y el PIB está cayendo, y eso no tiene prácticamente ningún impacto en la calificación crediticia del país y de su capacidad de endeudarse en el extranjero", sostuvo el economista.

También se ha aprendido sobre la estructura del mercado del trabajo. "En Gran Bretaña, el 95% de la fuerza de trabajo, tiene un trabajo formal, lo que le permitió al gobierno británico hacer un plan que por los últimos seis meses el Estado le ha pagado el sueldo a millones de personas, con lo que el impacto social, de consumo y en la actividad económica de la crisis en Gran Bretaña, ha sido mucho más acotado", puntualizó Velasco cuestionando el por qué no podemos hacer esto en América Latina. "Buena parte de la fuerza laboral, no tiene trabajo formal, por lo tanto, el gobierno no puede pagarles un sueldo que no existe. En Chile, aproximadamente el 28% de la fuerza laboral es por cuenta propia y las consecuencias han sido absolutamente dramáticas", indicó.

El dramatismo en las consecuencias, se deben a que no se pueden elaborar planes de subsidio al empleo más agresivos. "Me gustaría pensar que esta crisis será una razón adicional para que nos pongamos en serio a pensar en la estructura del mercado laboral, en la formalización, en lo que debemos hacer desde el punto de vista del código laboral, políticas sociales, diseño del empleo, incorporación de los jóvenes a la fuerza laboral formal, etc.", precisó.

Con todo esto, prosiguió Andrés Velasco, el sistema financiero internacional está al debe. "Lo que hubiese querido es que los países que no tienen acceso al mercado de capitales, hubiesen podido tener acceso a financiamiento del FMI, del BID, del Banco Mundial, de modo que con esos fondos pudiesen haber dado ayuda a las familias y empresas que lo necesitaban. Pero la situación es tan compleja que todo el dinero que tienen estas instituciones no alcanza para este propósito".

Finalmente, Velasco abordó la revolución tecnológica y los cambios que esta ha traído al mundo en los últimos años y como hoy se hace fundamental, en plena crisis, indicando que podríamos estar entrando en una etapa en que el comercio de servicios a distancia se vuelve tanto o más importante que el comercio de bienes.

"Yo creo que, para un país como Chile, esta es una muy buena noticia, porque es un país, que, dado su nivel de ingresos, tenemos bastante capital humano, hay buenas universidades, buenos profesionales, buenas telecomunicaciones, y además en los últimos 25 a 30 años, ha aumentado no solo la escolaridad, sino que ha aumentado el acceso a la educación superior. Por lo tanto, hay una generación de chilenos con oferta, pero no mucha demanda de talento. Entonces quiero pensar que ese profesional talentoso podrá prestar su servicio sin moverse de la casa", concluyó el decano de LSE.

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